Fueron casi cinco años los que tuvieron que pasar para verlo nuevamente en el Gabino Sosa. Desde aquella triste tarde del martes 30 de mayo de 2018 donde la ilusión por meterse en la final del reducido por el segundo ascenso a la Primera B Metropolitana se iba con la derrota 2-0 ante JJ Urquiza, en el cotejo revancha de las semifinales, luego de haber ganado 2-1 la ida en San Miguel. Esa tarde fue la última vez que Ariel Cuffaro Russo dirigió Central Córdoba. Hasta este lunes, que volvió para tratar de sacar al equipo del fondo de la tabla de posiciones, un lugar que por historia, el Charrúa nunca debería estar cerca pero que las circunstancias lo llevaron a eso y no a pelear en el lote principal.
Con parte del cuerpo técnico renovada pero con la misma alegría y ganas de trabajar de siempre, Cuffaro Russo inició su tercer ciclo en el Matador, sabiendo que la tarea no será sencilla: el equipo apenas ganó un partido (2-1 a Real Pilar en la fecha 6 como local) de los nueve que disputó.
Sin embargo, nada de eso fue un impedimento para que volviera en busca de devolverle ese protagonismo que siempre le dio al elenco de barrio Tablada en sus ciclos anteriores, donde llegó a una final por ascender en la temporada 2015 y la mencionada semifinales en la 2017/2018. Además, lo clasificó al equipo las dos veces a Copa Argentina pero por cosas del destino, nunca pudo dirigirlo en el certamen que reúne a los mejores equipos del país.
En esta ocasión a Ariel Cuffaro Russo lo acompañarán su hijo Cristian y su hermano Roque como ayudantes de campo, Walter Gazitano será el preparador físico y Miguel Acosta el entrenador de arqueros.
El estreno será el domingo a las 15.30 en Gerli como visitante del líder Claypole, un lindo desafío en lo que se espera sea la recuperación charrúa, para salir del fondo y pelear por los primeros lugares.