En lo que va del año, el municipio labró más de 2.000 actas por faltas en la higiene urbana. La mayoría corresponde al manejo incorrecto de residuos domiciliarios y los denominados “verdes y voluminosos”, es decir, ramas y escombros. De todas maneras, 80 por ciento de las infracciones fueron subsanadas en el Tribunal de Faltas, que, según los funcionarios, corresponde a un buen nivel de aceptación de la iniciativa incluida en el Programa Rosario Más Limpia. La fiscalización rota cada 2 o 3 semanas por los barrios de la ciudad y los valores de las infracciones son de 800 pesos. “La propuesta educativa es crear conciencia de una problemática del día a día que nos involucra a todos”, expresó el subsecretario de Servicios Públicos, Pablo Seghezzo.
Tal como indicaron desde el programa de Fiscalización y Control del Espacio Público, implementado por la iniciativa municipal Rosario Más Limpia, entre enero y marzo de este año, se labraron cerca de 2.000 actas a vecinos y empresas de la ciudad por faltas relacionadas con la higiene urbana. Las mismas surgen como consecuencia de las tareas de control que realiza a diario personal de la Secretaría de Servicios Públicos y Medio Ambiente municipal. Según informaron desde esa repartición, entre los malos hábitos más comunes de los rosarinos se cuentan “negarse a tirar la basura en los contenedores (y arrojarla, por ejemplo, en cestos papeleros o cazuelas de los árboles), mover los contenedores, sacar los residuos fuera de horario (en zonas que no posee contenedores) y no barrer las veredas”.
En el segundo lugar del “podio” se hallan aquellos rosarinos que dejan en la vereda residuos verdes y voluminosos fuera del día establecido para su recolección –ver recuadro–, o volúmenes que superan los que levanta el servicio municipal, que es de hasta 1 metro cúbico para restos de poda y un cuarto metro cúbico para escombros.
“También se sanciona a aquellos que contratan a carros para el retiro de este tipo de residuos, dado que al deshacerse de los residuos del frente de su casa, crean un problema seguramente a un vecino cercano, dado que los carros trasladan los deshechos unas pocas cuadras y los vuelcan en la vía pública, con lo que a partir de ahí generan un basural”, aclararon desde el municipio.
Consultado por la comparación con el comportamiento de los vecinos entre este año y 2010, Seghezzo explicó a El Ciudadano que el nivel de infracciones es constante. Posterior al acto de intimación mediante el acta, comienza a correr un plazo de 48 horas para que la multa sea subsanada. Según aclararon desde el municipio, cumplido ese término, personal municipal vuelve al lugar y, en caso de no observar un cambio de hábito, procede a sancionar efectivamente al vecino o la empresa. “Sólo el 20 por ciento de las infracciones no son subsanadas por los vecinos y las empresas. Esto significa que la mayoría se presenta en el Tribunal de Faltas donde paga la multa, o al ver revertida su actitud, queda en suspenso la sanción”, detalló el funcionario.
Las empresas, con servicio especial
En el caso de las infracciones cometidas por empresas, las más usuales tienen que ver con que no cuentan con un servicio especial de recolección contratado, ya que la normativa vigente indica que no pueden depositar los residuos en los contenedores, que están reservados para los domiciliarios. También aquí se repite el problema de aquellos que entregan sus residuos no reciclables a recolectores informales.
Según apuntó el funcionario municipal, el programa recorre la ciudad con personal propio y actúa en cada área durante dos o tres semanas a partir de la información que entrega la Dirección General de Higiene Urbana del municipio. “Va rotando según la necesidad de cada barrio y crea educación y conciencia sobre cómo debemos disponer de los residuos”, concluyó Seghezzo.