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Lactancia materna: beneficios y elementos nutritivos

Por Bárbara Wagner.- Esta leche es rica en anticuerpos que protegen al recién nacido de infecciones graves y lo estimula a mamar frecuentemente.

“La leche materna es la más saludable y es importante que las madres puedan sostenerla como un elemento exclusivo durante los primeros seis meses de vida del recién nacido, ya que tiene todos los nutrientes para que el bebé pueda crecer de la mejor manera posible”, manifestó

Susana Arminchiardi, de la Maternidad del Hospital Roque Sáenz Peña. La Organización Mundial de la Salud (OMG) recomienda la lactancia materna como modo exclusivo de alimentación hasta los seis meses de edad, ya que genera una nutrición adecuada y disminuye el riesgo de contraer enfermedades infecciosas. Se considera a la leche de madre como la herramienta más importante para disminuir la mortalidad infantil, permitiendo que el niño crezca y se desarrolle en mejores condiciones.

La leche de los primeros días, llamada calostro, es amarillenta y espesa. Precisamente

por eso es rica en anticuerpos que protegen al recién nacido de infecciones graves y lo estimula a mamar frecuentemente.

Además, tiene efectos laxantes y ayuda al bebé a evacuar el meconio de su intestino, eliminando así la bilirrubina, que en exceso provoca ictericia. “La lactancia materna en los primeros días de vida del recién nacido es fundamental, el calostro es justamente lo que necesita el bebé en ese momento”, explicó Arminchiardi.

Durante los primeros siete días, el calostro va perdiendo su color y la leche se va poniendo cada vez más blanca. Esta leche es de dos clases: la primera es aguada y escasa, se produce y junta en los pechos en los intervalos entre las mamadas; la segunda se produce durante las mamadas, es abundante y espesa, sacia, alimenta y engorda al bebé.

En este sentido, la especialista destacó la importancia de que “el recién nacido prenda bien del pezón” y recomendó a las madres “hacerse masajes en los pechos y extraerse gotitas de calostro y mojar la aureola de las mamas para que no se reseque la piel”.

“Es importante que la mujer tenga un espacio tranquilo para crear un vínculo con su hijo a la hora de amamantar, las miradas y las caricias con su bebé son cuestiones para tener en cuenta. Siempre estimulamos para que las mujeres en la sala de la maternidad acaricien a sus hijos y les hablen para fomentar el vínculo, porque esto es necesario para tener una lactancia exitosa”, expresó Arminchiardi.

Al referirse a aquellas madres que no disponen del tiempo suficiente para amamantar a su bebé las veces correspondientes, la especialista destacó que “no es necesario interrumpir la lactancia” ya que se puede “almacenar la leche y hacer un banco para que la persona que quede a cargo del recién nacido pueda contar con este alimento para el pequeño”.

La especialista se refirió también a las madres a las que se les aconseja no amamantar por algunas patologías específicas como el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), aquellas que están tomando medicamentos antirretrovirales y las que tienen tuberculosis activa no tratada. En estos casos, Arminchiardi recomendó alimentar al bebé a través de la leche de fórmula: “Es importante que un profesional de la salud pueda brindarle a la madre la información  necesaria para que use la fórmula de forma adecuada”.

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