La directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde especuló sobre la cada vez más firme posibilidad de que haya un cambio de gobierno en el país, tras las elecciones de octubre. En ese orden, ponderó este jueves la marcha del programa de reformas que el gobierno de Mauricio Macri implementa en el marco de un multimillonario préstamo otorgado por el organismo multilateral y dijo que “sería una tontería” que un eventual nuevo gobierno lo rechazara.
En el marco del aumento de la pobreza y el desempleo a niveles récord, Lagarde se atrevió a decir que ahora se ve “cómo funciona realmente el programa”.
“Ahora que se ha realizado tanto trabajo duro, en un programa donde la protección social siempre ha sido una de nuestras tres prioridades clave, sería una tontería por parte de cualquier candidato dar la espalda al trabajo en curso”, afirmó la abogada francesa en alusión a las elecciones de octubre en la Argentina.
El FMI otorgó el año pasado a la Argentina un crédito de unos 57.000 millones de dólares para enfrentar una crisis financiera y cambiaria que depreció la moneda a la mitad de su valor. Ese monto es récord para la institución que, a cambio, acordó con el gobierno de Mauricio Macri un severo ajuste fiscal. Pero también ordenó un feroz ajuste monetario que impide la emisión de moneda y condena al sector productivo argentino a una muerte lenta, con múltiples cierres de empresas y la consecuente pérdida de puestos de trabajo.
“Ahora estamos empezando a ver cómo funciona realmente el programa”, subrayó Lagarde en la rueda de prensa de apertura de las reuniones de primavera del FMI y el Banco Mundial.
“La economía argentina se encuentra en un punto en el que va a tocar fondo”, señaló la directora gerente del FMI, pero aseguró que esto implicará un repunte posterior.
Lagarde omitió señalar en su optimista visión del programa de ajuste que los números de la recaudación del primer trimestre indican que no se logrará bajar el déficit fiscal. Y, entre las omisiones, tampoco habló del déficit que generan los intereses de las Leliq que emite el Banco Central. Es evidente que este programa de ajuste no logró ordenar la macroeconomía, como señalan los miembros del gobierno y la propia Lagarde. Tanto que no logró resolver todavía el primitivo dilema entre las altas tasas de interés y el dólar. Suben los dos, igual que la inflación.
Pese a todo, Lagarde se animó a defender el plan y, de paso, advertir al próximo gobierno que las condiciones deberán mantenerse.
Optimismo a full
Las declaraciones de Lagarde se dieron en el marco del informe de perspectivas de la economía mundial, donde dijo que la economía de Argentina se contraerá 1,2% en 2019, para expandirse a 2,2% en 2020.
El Producto Bruto Interno (PBI) se contraerá en el primer semestre de 2019 “a medida que la demanda interna se desacelera con políticas más estrictas para reducir los desequilibrios”, indicó el organismo.
Asimismo, anticipó que la economía volverá a expandirse en el segundo semestre del año, mientras el ingreso real se recupera y la producción agrícola repunta después tras la sequía de 2018.
Los dichos de Lagarde no son casuales y más que un aviso parecen una advertencia. Son varios los dirigentes de la oposición que están en la pelea en la carrera presidencial y proponen rediscutir el acuerdo con el FMI. De hecho, muchos de ellos se lo plantearon al enviado del organismo, el italiano Roberto Cardarelli, durante su paso por el país días atrás.