Diego Lagomarsino, el empleado informático que le llevó el arma de la cual salió el disparo que le provocó la muerte al fiscal Alberto Nisman, brindó una entrevista al diario británico The Guardian y aseguró que «se aprovecharon de su silencio».
El único imputado en la investigación por la muerte de Nisman dijo: «Yo era todo lo que tenían y se aprovecharon de mi silencio. Llegó un punto en el que empecé a sentir miedo. La gente está diciendo cosas de mí que no son ciertas».
En diálogo con el medio europeo, Lagomarsino sostuvo que el fallecido fiscal «no le tenía miedo a los terroristas. Le tenía miedo a los fanáticos que podrían atacar su auto con palos cuando él manejaba con sus hijas».
Lagomarsino agregó que decidió «no mirar televisión, leer diarios o Internet. Fue una forma de autoprotegerme». Al mismo tiempo, comentó que se sentía «mal» y «abrumado».
Consultado acerca de una posible tendencia suicida en Nisman, el imputado sólo señaló cambios de humor del fiscal: «Él podía estar tranquilo o enojado. Por ejemplo, cuando yo estaba arreglando algo en su casa, a veces se ponía furioso y después me llamaba más tarde para disculparse».
Por último, lamentó haberle prestado el arma que terminó con la vida de Nisman: «No sé cómo poner en palabras lo que siento. No sé si es culpa o una sensación de responsabilidad moral».
