El Ministerio de Desarrollo Social lanzará en marzo un esquema de microcréditos no bancarios a “gran escala” para adultos, mayores de 40 años, para la compra de maquinarias, bienes y herramientas, con el objetivo de “desendeudar” a las familias e involucrarlas en el mercado del trabajo.
Así lo confirmó este viernes el titular de la cartera, Daniel Arroyo, durante una charla con periodistas, en la que apuntó que los créditos estarán destinados a aquellos que “no tienen garantías bancarias”, un universo de 4 millones de trabajadores independientes.
A través de un sistema de tutorías, que realizarán egresados y estudiantes de carreras técnicas, los aspirantes a los créditos deberán acreditar su actividad y el plan de acción que justifique la compra de “herramientas, insumos, maquinarias o bienes de capital”.
Los créditos serán activados a través de la Comisión Nacional de Microcrédito (Conami), a tasas estimadas del 2 o 3 % anual y a 36 meses de plazo.
La propuesta se enlaza con otra iniciativa presentada esta semana por Arroyo, el Concurso Nacional Potenciar, que consiste en la entrega de kits de máquinas y herramientas a personas con experiencia en oficios que se encuentran sin empleo.
“Nuestra idea es sacar el Ministerio a la calle y lograr el vínculo entre los planes sociales y el trabajo”, resaltó Arroyo, quien aseguró también que está avanzado otro proyecto para que, poco a poco, las 600 mil personas que cobran planes sociales se sumen al mercado de trabajo formal.
La idea es que cobren un monto equivalente al salario mínimo, el 50 % por el plan que ya cobran y el resto a través de un pago que reciban de parte de una empresa u organismo.
Los cinco rubros que estarán implicados son la construcción, la producción de alimentos, el reciclado, el área textil y la economía del cuidado.
Tarjeta Alimentar
Hasta ahora, los motores del plan Argentina contra el Hambre están enfocados en la implementación de la Tarjeta Alimentar, que ya cuenta con un total de 922.000 plásticos activos en todo el país, con 2.800.000 niños involucrados, quienes –en el 99,2 % de los casos– están a cargo de mujeres, detalló Arroyo.
Hasta ahora, fueron repartidas unas 3 mil tarjetas por día en el país y la última semana de marzo llegarán 41 mil plásticos a la Capital Federal.
Las tarjetas Alimentar alcanzarán al 80 % de los beneficiarios de la AUH del país debido a que el 20 % restante recibe ayuda en forma de cajas alimentarias por tratarse de personas que viven en comunidades rurales y no tienen acceso a comercios.
El tercer viernes de cada mes, se movilizarán unos 7.500 millones de pesos en los circuitos económicos donde se distribuyeron las tarjetas, en un plan global que prevé un movimiento para este año de 70.000 millones de pesos.
“Está claro que voy a sobreejecutar el Presupuesto y está claro que es una decisión política de empezar por los últimos”, afirmó Arroyo, quien explicó que el ministerio utiliza fondos del Tesoro Nacional y no de la Anses.
Remarcó que las iniciativas se encuadran en el “desarrollo económico” del país porque supone “consumos directos” y movimientos promedio de 1.300 pesos por compra, en base a los primeros datos recabados por su cartera.
Según los registros del Ministerio de Desarrollo Social, el 58,3 % de los consumos estuvo destinado a la compra de carne, frutas y verduras y el 9,7 % a harinas sin azúcar, por lo que los beneficiarios se hicieron eco de las recomendaciones de la cartera y “optaron en un 69 % por los productos recomendados”, en base a estándares nutritivos.
Sólo el 0,9 % de las compras fue dirigido a la compra de gaseosas y el 5 por ciento a harinas con azúcar, detalló Arroyo en una charla con periodistas.
Por último, en modo de “prueba piloto”, el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación tiene en estudio un Código QR (módulo para almacenar información) para la telefonía móvil para los trabajadores de la economía popular que ya estén organizados de alguna forma.