El gobierno de la provincia, a través de la Secretaría de Juventudes, lanzó un plan de becas destinado a estudiantes universitarios y terciarios con el objetivo de “promover el acceso y permanencia” de los jóvenes a la educación superior.
Las “Becas de la Reforma” apuntan a santafesinos de hasta 29 años de edad, que cursen los primeros tres años de una carrera terciaria o universitaria en una institución pública y que residan a más de 40 kilómetros del centro de estudio.
Aquellos interesados en recibir una de las mil becas que se ponen a consideración, y que constan de 1.500 pesos mensuales cada una, deberán ingresar a la página de la provincia para postularse (www.santafe.gov.ar/tramites/becas/). La iniciativa iba a comenzar en 2017 pero desde la provincia decidieron adelantar su implementación para los últimos tres meses de este año.
En diálogo con El Ciudadano, el secretario de Juventudes, Pablo Lamberto, explicó: “Lanzamos el programa de Becas de la Reforma como parte de una serie de iniciativas que viene llevando adelante el gobierno del Frente Progresista a nivel provincial como el medio boleto educativo universal, que este año fue récord con más de 80 mil beneficiarios. También el gobernador se comprometió en la construcción de dos residencias modelo, tanto en Rosario como en Santa Fe, en homenaje al centenario de la Reforma Universitaria, lo cual busca contemplar y fortalecer el proceso educativo fundamentalmente para los estudiantes del interior que tienen una dificultad extra, la de tener que trasladarse”.
—Este primer año serán mil becas, ¿tienen pensado ampliar ese horizonte para el año que viene?
—Lo vamos a evaluar, por eso también la importancia de haber adelantado la iniciativa. La economía está en una situación compleja y sabemos que los fines de año para los estudiantes también son complejos, entonces poder acompañarlos desde una contribución económica para aminorarle las dificultades, es importante. Vamos a evaluar el impacto, la capacidad presupuestaria, el nivel de solicitudes, en esta primera etapa se pensó en un universo de mil estudiantes, que si bien este año se destinarán 4 millones y medio de pesos, para 2017 estamos hablando de 15 millones y medio de pesos. Es una experiencia inédita, no hay casos ni nacionales ni provinciales que manejen ese monto. Generalmente ha habido una división de competencias donde parece que la educación son compartimientos estancos y nosotros creemos en un sistema educativo donde tiene que ser una política pública, donde todos los niveles del Estado tienen que contribuir. Por eso este gobierno provincial hace un esfuerzo, se solidariza con el sistema universitario entendiendo esta problemática, fundamentalmente para los estudiantes del interior, y hace este acompañamiento. Sabemos que no soluciona el problema pero que es un avance para colaborar a que se fortalezca el proceso educativo.
—¿Por qué está apuntada a quienes se encuentren en los tres primeros años de cursado?
—Porque busca fortalecer y acompañar en los primeros tres años que es donde más deserción hay y en donde más tiene que haber un Estado presente. Está destinado a institutos terciarios y universidades públicas porque entendemos que hay que fortalecer a la educación pública.
También hay planes para fomentar el acceso al trabajo: “Pensamos en un programa del empleo joven”
—Otro tema que preocupa es la dificultad que tienen los jóvenes para acceder al mundo laboral, ¿qué es lo que se puede hacer desde una provincia para apuntalar esta problemática?
—Primero hay que sincerarlo y visibilizarlo, en ese proceso estamos. No solamente la falta de empleo sino que también son los jóvenes los que sufren más la precarización laboral, el trabajo informal y creemos que hay que fortalecer el empleo de calidad y tomar medidas que fomenten el empleo joven. Esto no es una medida unilateral, creo que hace falta de todas las instancias estatales, gobiernos municipales, provinciales y nacional porque de alguna manera el poder tener acceso a la macroeconomía ayuda y facilita este tipo de iniciativas. Y también tiene que ir de la mano de la educación, de la producción, de los nuevos procesos de oficios, de ver qué se necesita. En ese proceso estamos, dando un proceso de discusión con especialistas, en coordinación con la OIT, con la Fundación Friedrich Ebert, con el Ministerio de Trabajo. Dialogamos con especialistas pero también hay que hablar con la sociedad civil, con los empresarios, los sindicatos y fundamentalmente con los jóvenes, poder escucharlos, saber qué es lo que los incentiva y en función de eso poder articular una propuesta integral que pueda fomentar el empleo joven.
—Esa etapa de charlas que están realizando, ¿se van a traducir en un plan concreto?
—Estamos pensando en un programa vinculado al empleo joven pero no queremos adelantar los tiempos ni tampoco queremos tomar decisiones dentro de cuatro paredes porque sabemos que eso queda mejor para el eslogan. Nosotros queremos ser serios, responsables, queremos dialogar con los que más saben del tema y también hablar con los jóvenes y en función de eso vamos a poder dar mayores respuestas a esta problemática.