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Lapeña: “El yacimiento de Vaca Muerta está sobreestimado”

El especialista criticó al gobierno por la importancia que le otorga a la reserva de petróleo no convencional en Neuquén. El ex secretario de Energía de Alfonsín dijo que la política kirchnerista en el área es "cortoplacista" y sin "plan estratégico"

“Vaca Muerta es la sobreestimación de quien está desesperado por mostrar un resultado”. De esta manera, el ex secretario de Energía del gobierno de Raúl Alfonsín, Jorge Lapeña, cuestionó al gobierno nacional por la sobredimensión que le otorga, a su entender, al yacimiento de petróleo no convencional ubicado en la provincia de Neuquén.

En diálogo con El Ciudadano, Lapeña analizó la política energética del kirchnerismo, a la cual evaluó de “cortoplacista” y sin un pensamiento “estratégico”. La discusión acerca de la generación de energía se da en momentos en donde el país afronta una fuerte restricción externa donde, sumado a la escasez de la divisa norteamericana, el gobierno de Cristina Kirchner tuvo que importar energía en 2013 por cerca de 13 mil millones de dólares.

—¿Cómo evalúa al kirchnerismo en materia energética?

—Primero hay que hablar de la historia del kirchnerismo, que forma parte indisoluble de la historia privatizadora de los 90 que cambió la historia Argentina. Se privatizó YPF, se dejó de construir centrales hidroeléctricas, se paralizaron las centrales nucleares. Esto fue implementado por funcionarios menemistas que forman parte de la actual administración y con el apoyo entusiasta de los Kirchner en sus diversas funciones. Un puntal en el que se apoyó Carlos Menem para hacer esas transformaciones fue en los gobernadores de provincias petroleras, Néstor Kirchner fue uno de ellos.

Luego, el kirchnerismo no atinó en estos 12 años de gobierno a generar una política alternativa, más bien generó un gran desorden por su forma de gestionar muy cortoplacista, que no cumplió con la legislación existente que venía del menemismo pero tampoco la modificó. Y generó un desorden que hoy se ve en el atraso tarifario en materia energética, que llevó a las empresas a una situación de quiebra o cesación de pagos. Esa situación motiva la falta de inversión y eso redunda en los cortes que son el paisaje natural de los veranos.

—A la presidenta se la escuchó decir que con Vaca Muerta, la Argentina se transformaría en la próxima Arabia Saudita, ¿es exagerado?

—Es producto de una persona que dijo eso en un discurso. Ella habla de que un funcionario norteamericano le dijo que otro funcionario le había dicho que la Argentina sería como Arabia Saudita. Es falso. La palabra clave es “sería”, “podría” y esto no pertenece al modo indicativo de los verbos sino al modo subjuntivo y potencial. Arabia Saudita es una realidad, es el país que tiene el 70 por ciento de las reservas mundiales de crudo y con tal situación puede regular el mercado. Argentina hoy en el contexto mundial de las reservas comprobadas es apenas el 0,3 por ciento del contexto mundial. Hay que tener cuidado porque estas expresiones lo único que hacen es confundir a la población.

—¿Hay una sobredimensión de lo que significa Vaca Muerta?

—Absolutamente. Pero es la sobreestimación de quien está desesperado por mostrar un resultado. Creo que la presidenta debería asesorarse un poco más por su propio equipo energético y en todo caso, la Secretaría de Energía tendría que dar precisión a estos conceptos porque es peligroso que quede flotando esa idea de que somos algo así como Arabia Saudita.

—Hacer tanto hincapié en Vaca Muerta y el petróleo, ¿perjudica a la Argentina de incursionar en otro tipo de energía?

—Lo que perjudica a la Argentina a pensar en otro tipo de energía es no tener mentalidad estratégica en sus cuadros dirigentes y las cámaras que representan a la industria. La Argentina tiene que tener como objetivo estratégico la diversificación de la matriz energética, que hoy depende del petróleo y del gas con mucha mayor intensidad de lo que depende en cualquier país del mundo.

—¿A qué tipo habría que apuntar?

—A una matriz en la cual el petróleo y el gas no sean el 86%, como en la actualidad, sino del 65%. Fíjese que no estoy siendo extraordinariamente modificador de lo existente, pero que ese 20% de reducción sea tomado por la energía hidroeléctrica, energía eólica, biomasa en sus diversas formas, en parte por la energía solar.

—En el corto plazo ¿es posible tomar acciones para achicar la brecha de dólares que se gastan para importar energía?

—Es posible tomar las acciones correctas, luego hay que implementarlas. Sí tengo que decir que no va a ser fácil salir de esta situación inconfortable en la que estamos, no va a ser corto y no va a ser barato.

 

YPF: más inversión, precios más caros

Luego de que el Estado argentino vuelva a poseer la mayoría accionaria de YPF, Jorge Lapeña evaluó como “importante” que los niveles de inversión hayan aumentado en comparación a los tiempos en que era manejada por Repsol, pero de todas maneras cuestionó que los valores de los productos de YPF suben de precio por encima de la inflación. “Creo que es importante que YPF está invirtiendo más, pero también es cierto que está obteniendo precios mayores por los productos que vende”, analizó.

“Por ejemplo los productos que nos vende a los consumidores son más caros que el incremento inflacionario, las naftas aumentan 60 por ciento y la inflación todo el mundo dice que es el 40 y el gobierno dice que es el 20”, agregó Lapeña, quien fue presidente del directorio de YPF entre 1987 y 1988.

“Esto es cierto que se traduce en una mayor inversión de YPF en sus campos petroleros, habría que ver si esas inversiones se están haciendo conforme a criterios de rentabilidad o si es que existe una presión importante del accionista principal (por el gobierno) para incrementar la producción sea por el método que sea”, finalizó.

 

«La figura de Alfonsín fue la culminación de un proceso energético exitoso»

Jorge Lapeña presentó en Rosario su libro La energía en tiempos de Alfonsín, donde cuenta su experiencia al frente de la Secretaría de Energía del gobierno radical tras la vuelta democrática en 1983.

“El libro tiene varias partes. Por un lado se cuentan cómo fueron los momentos previos a la toma del gobierno, reemplazar a un dictadura que se iba, que tenía otras reglas, hubo que empezar prácticamente de cero”, relató Lapeña.

“Fue una experiencia irrepetible porque la militancia nueva que se generó en esos tiempos, el entusiasmo que generó Alfonsín como reemplazo de la dictadura, fue un hecho que después no lo he visto repetirse tanto en lo que hace a los equipos técnicos, como la elaboración de políticas y la conformación de un grupo humano compacto, consustanciado y bien dirigido desde arriba”, rememoró.

“Otra parte es que ubico a la figura de Alfonsín como la culminación de un proceso energético exitoso, que la Argentina tuvo desde que se descubrió el petróleo en 1907 hasta que finalmente logró el autoabastecimiento energético en 1989, el momento en que la Argentina logra producir más energía que la que consume y empieza a tener saldos exportables. Y esta situación se logra en gran parte porque Alfonsín es un continuador de políticas que se mantuvieron a lo largo de los años y de diferentes gobiernos desde 1907 hasta 1989”, explicó. “Creo que ese proceso histórico nos deja la idea de que es posible desarrollarse y alcanzar resultados si se persiste y si hay ciertas continuidades en las políticas públicas”, se esperanzó Lapeña.

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