Margarita Stolbizer se lo propuso varias veces pero Juan Carr desechó, amable y respetuoso, la invitación para ser candidato –por entonces genérico– del FAP/panradicalismo en la provincia de Buenos Aires. El coordinador de Red Solidaria es el nombre más murmurado entre los dirigentes de la progresía anti-K bonaerense cuando, sin norte ni radar, se zambullen a imaginar enjuagues y artificios sobre la boleta a gobernador de 2015.
“Tenemos tres candidatos a presidente pero ni un solo candidato a gobernador” se lamentó un dirigente que, como muchos otros, se enfoca en la búsqueda de ofertas para el ring provincial.
Hay, de arranque, un par de autoanotados entre los que figuran Héctor “Cachi Gutiérrez”, ex intendente de Pergamino, y Gerardo Millman, ex diputado y ahora director en la Afsca. El primero movió antes y anuncia su juego mientras que el segundo, del GEN, está en preparación.
Se da por hecho, además, que ni Stolbizer ni Ricardo Alfonsín, ordenador del espacio que domina la UCR y sus extensiones legislativas, estarán en la grilla de la gobernación el año próximo. La dama de Morón se apartó de esa aventura luego de tres intentos en 2003, 2007 y 2011.
Pero el casting de la UCR–FAP explora otras variantes que suponen más taquilleras para lo cual deben recurrir a dos recursos: salir a buscar figuras con visibilidad por una actividad que no sea la política, como es el caso de Juan Carr, o sino cruzar la General Paz en busca de dirigentes que militan en la Capital Federal.
Con esos dos parámetros, en charlas chicas y cerradas, por ensayos individuales o meras propuestas silvestres, aparecen varios nombres.
Veamos:
En la lista de celebrities sobresale Facundo Manes, el médico que atendió a la presidenta Cristina Fernández, radical declarado y de relación fluida con Ernesto Sanz, presidente del Comité Nacional que quiere convertirse en candidato presidencial. Manes es amigo del asesor top del mendocino Fabio Quetglas, con quien compartió la tarima a mediados del año pasado en un acto de Sanz en Parque Norte. A Manes le escucharon confesar su deseo de competir por un cargo ejecutivo aunque su norte es, en ese esquema, capitalino. En la UCR bonaerense ya están tentados con hacerlo cruzar el Riachuelo.
A otro que se menciona, aunque por ahora no ha pasado de una charla de sobremesa, es al actor Ricardo Darín, sobre quien se conocen algunas definiciones políticas, una de las cuales –sobre el patrimonio de la familia Kirchner– mereció a principios de 2013 una respuesta de la presidenta.
Fuera del rubro famosos, en el terreno de la política aparece Martín Lousteau, ex ministro cristinista que entró a Unen de la mano de Rodolfo Terragno, luego de “colaborar” con peronistas como Felipe Solá o Mario Das Neves, por Capital Federal, pero algunos radicales lo quieren tentar para que salte a la provincia a jugar la pelea por la gobernación, territorio que tiene más libre que el saturado mercado de la progresía anti–K porteña. Lousteau está, ahora, cerca de Julio Cobos: el mendocino, que además tiene un acuerdo frágil con el alfonsinismo bonaerense, conformó un trío de asesores económicos donde están Guillermo Nielsen, Alfonso Prat Gay y Lousteau.
No es el único caso. A modo de ensayo general, aunque se da por hecho que no saldrá a jugar esa pulseada, algunos dicen que se le debería ofrecer una candidatura bonaerense a Elisa Carrió. En el mismo terreno de las variantes a analizar ante la falta de nombres sonó en mesas del FAP la idea de ir a buscar a Víctor De Gennaro, que se apartó de Hermes Binner cuando éste pactó con la UCR, para ofrecerle la candidatura a gobernador. El fundador de la CTA destila hace tiempo furia contra sus ex socios fapistas.
Dentro del menú más convencional aparecen dos nombres: uno, el de Victoria Donda, que es diputada nacional por Buenos Aires pero fue candidata muletto en un fallido intento porteño, como alguien para “hacer caminar” y tener como posible figura en un paquete de candidatos de 2015. El otro, figura de comité, es Miguel Bazze, mano derecha de Ricardo Alfonsín, capitán del alfonsinismo, que en caso de que la candidatura a la gobernación dependa de la bendición del hijo del ex presidente corre con todas las ventajas de tener un guiño de preferido.