El Presupuesto nacional 2019 aprobado en la madrugada del 15 de noviembre promete capas de ajustes sobre ajustes para las provincias y, en cascada, los municipios. La estimación de ingresos y gastos de la provincia de Santa Fe, ya presentada en la Legislatura, y la de Rosario, que espera la anterior para afinar los números, acusarán el fuerte impacto negativo del achique en la segunda fase de recesión de la gestión Cambiemos inaugurada en octubre. Esa es la visión común de concejales y economistas que compartieron sus análisis este lunes en el Palacio Vasallo.
Los concejales de Rosario Norma López y Roberto Sukerman convocaron a economistas locales que, junto a los asesores de su bloque Frente para la Victoria-PJ, trazaron el sombrío panorama cualitativo (coinciden en que las cifras de la ley son poco más que un dibujo). Ese pesimismo sintoniza con la percepción del ciudadano común: una encuesta de la consultora Inmediata presentada en el mismo encuentro concluye que el 70 por ciento de los rosarinos considera que su situación económica es peor o mucho peor que la del año pasado, y el 90 por ciento opina lo mismo sobre el panorama general del país.
Lo que viene pinta más oscuro, y es más que una percepción. Santa Fe, en el mejor de los casos, debería recibir de Nación, para gastos corrientes y de capital, el 4,27 por ciento del total del Presupuesto en curso por ese ítem, que a esta altura está además sub ejecutado en un 37 por ciento según denunció el Frente Progresista. Su participación relativa en la torta ajustada de 2019 bajará al 3,95. La obra pública en Rosario, entre 2012 y 2017, estuvo financiada en un 40 por ciento promedio por el Fondo Solidario –conocido como Sojero– que la Casa Rosada ya desactivó. El corte de subsidios al transporte de pasajeros a partir del 1º de enero próximo suma otra amenaza, porque amortigua en casi la mitad el precio del boleto. Con la promesa del Ejecutivo santafesino de aportar el 50 por ciento de ese monto y sumar lo recaudado por mayores alícuotas de Ingresos Brutos e Impuesto Inmobiliario a financieras y agroexportadoras, queda un agujero del 25 por ciento sin cubrir, de acuerdo a los cálculos vertidos este jueves en el SUM del Concejo. El combo es explosivo.
Paula Rodríguez, asesora de la concejala López, desglosó las podas. La provincia recibirá en 2019 para gastos de capital –inversión real directa y transferencias de capital– un 23 por ciento menos que lo pautado para el año que finaliza.
Dentro de lo anterior, la inversión real directa, destinada a la compra o producción de bienes de capital como edificaciones, instalaciones, construcciones y equipos, caerá un 5,93 por ciento respecto de este año. Las transferencias de capitales, sin contraprestación y para que los beneficiarios se capitalicen, descenderán nada menos que un 49 por ciento respecto de lo que se prometió girar en 2018. Si se hace la cuenta por habitante, cada santafesino pasará de recibir por ese rubro los 1.130 pesos estipulados este año a 574 el que se avecina. La reducción es comparable a la que sufrirán el resto de los distritos. Incluso, la ciudad de Buenos Aires, pese a que en términos absolutos los valores que perciben los habitantes del territorio que comanda Horacio Rodríguez Larreta triplican a los residentes en el gobernado por Miguel Lifschitz.
Los datos son parte de las consecuencias del ajuste impulsado por Cambiemos en un Presupuesto nacional cuyos anclajes macroeconómicos quedaron sobrepasados. El dólar promedio a 40 pesos para 2019 ya se tocó este lunes. Las pautas de retracción de la actividad quedaron sepultadas por las previsiones más pesimistas del propio Fondo Monetario Internacional y las más recientes de la Ocde (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos). El economista Federico Fiscella avisó que las cifras de la ley de gastos y recursos de Nación, por lo anterior, son apenas una necesidad comunicacional del Ejecutivo nacional. Agregó que, en buena parte, su efecto tóxico está camuflado detrás de la fusión de Ministerios, que dificulta las comparaciones interanuales. Y será más grave que lo que hoy se puede calcular porque –apreció– la sub ejecución de partidas se mantendrá o profundizará.
Fiscella apuntó otro dato que refuerza el efecto negativo sobre provincias y municipios: la Nación seguirá percibiendo las retenciones que en un porcentaje giraba a los distritos como Fondo Sojero, y los impuestos a los combustibles que financian los subsidios al transporte que negará desde enero.
El Centro de Estudios Scalabrini Ortiz, también convocado por los ediles López y Sukerman, trazó equivalencias que dan cuenta del estado de cosas: el monto de 746 mil millones de pesos destinados al pago de servicios de la deuda externa en 2019 multiplica por 33 a los anotados en el rubro subsidios a consumos energéticos, es 16 veces superior al de Ciencia y Técnica, cuadruplica al de Educación y quintuplica a los asignados a salud y subsidios al transporte.