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Las becas Progresar cubren apenas la mitad de beneficiarios que hace tres años

El programa redujo sensiblemente la cantidad de beneficiarios que cubría inicialmente y el monto asignado sufrió un caída del 62% respecto a 2015 producto de la devaluación. Con las modificaciones introducidas pasó a convertirse en un sistema de becas basado en el mérito académico

De acuerdo a un informe del Centro de Economía y política Argentina (Cepa), el programa Progresar, que tiene como finalidad brindar un respaldo económico a estudiantes argentinos, registró una caída del 48% en su cobertura entre 2016 y 2019, es decir que pasó a cubrir apenas casi la mitad de los beneficiarios que hace tres años. Además, producto del impacto de la devaluación, el poder adquisitivo de la asistencia cayó hasta un 62% con respecto al 2015.

El plan progresar fue implementado en 2014 con la finalidad de garantizar una transferencia monetaria a jóvenes de entre 18 y 24 años que estudiaran y cuyo hogar no recibiera más de un salario mínimo. Durante los últimos años, no solo que la suma otorgada sufrió un fuerte deterioro producto del impacto davaluatorio, sino que también fue modificado el criterio a la hora de asignarlo. De ser un sistema de beneficios universales pasó a convertirse en un sistema de becas basado en el mérito académico.

El último anuncio que hizo el presidente Mauricio Macri respecto al tema fue en octubre de 2019 cuando a través de su cuenta de twitter publicó: «Vamos a enfocar las becas en las áreas que necesita el país». A su vez agregó que los nuevos ingresos a las becas pasarían a ser para «carreras prioritarias». Esta reformulación del carácter original de la plan, llevó la concepción de carácter universal en su cobertura, a la aparición de criterios selectivos y meritocráticos que se traducen en mecanismos excluyentes.

Evolución

La cantidad de jóvenes se redujo fuertemente en el año 2018 a partir del paso del Programa progresar a la Beca Progresar, con la diferencia que el beneficio quedó sujeto al presupuesto y pasó a funcionar como un programa de becas estrechamente ligado al mérito. Más allá de esta última modificación que terminó de alterar el funcionamiento burocrático, la evolución del programa comenzó a verse resentida desde antes.

En 2015 se registraron unos 724.439 jóvenes promedio, unos 816.006 en 2016 y 776.668 en 2017.  Ya en 2018 se produjo la caída más abrupta, llegando la cantidad de beneficiarios a 584.498, pero ese no sería el piso, ya que en el año 2019 se registraron sólo 423.926 estudiantes. Ello representa una caída del 48% en la cobertura del programa respecto de 2016 y de 42% respecto de 2015.

No sólo se produjo una pérdida en la cantidad de beneficiarios, sino que además el monto que recibieron sufrió un notable deterioro a raíz del impacto inflacionario. El ajuste en el poder adquisitivo entre el 2015 y 2019 va del 45% en el caso del nivel universitario y terciarios estratégicos hasta el 62% en el caso de niveles obligatorios y de formación profesional.

Si se toma como referencia un valor del progresar para 2015 en 100 pesos, de acuerdo a la evolución, se puede deducir su reducción a 78 pesos para 2016 y a 61 pesos para 2017. Con la modificación del Programa en 2018, el monto se recupera hasta 73 pesos en el caso del Nivel Universitario y Terciario Estratégicas para primer año, a 65 en el caso de Nivel Universitario y Terciarios Generales, y a 51 pesos en el caso de nivel Obligatorio y Formación Profesional.

Ya en 2019 el monto vuelve a sufrir una fuerte caída. El caso del Nivel Universitario y Terciario Estratégico cayó a 54 pesos, el Nivel Universitario y Terciarios Generales a 48 pesos mientras que el Nivel Obligatorio y Formación Profesional llegó a los 38 pesos.

Retracción del gasto presupuestario

Del mismo modo que se observó la pérdida de poder adquisitivo de la beca individual, la inflación ha retraído las transferencias del estado en términos reales destinadas al Programa. Esas transferencias reales constituyen la masa del gasto en función de la cantidad de becas cubiertas y el ingreso existente por cada una: en cada año del macrismo – de 2016 a 2019- no sólo hay pérdida de poder de compra sino a la vez, la reducción en la cantidad de becas.

Si en 2015 el promedio del presupuesto en términos reales de las transferencias anuales alcanzaba el equivalente a 100 pesos (fue de 4.115 millones nominales), en 2016 se redujo a sólo 88 y a 77 en 2017. Con la modificación del Programa en 2018 y el aumento del monto de la beca, el monto agregado no se recupera, dado que cae la cantidad de becarios, y suma el equivalente a 65 pesos y a sólo 40 pesos en 2019.

Cambio de concepción

El cambio del Programa Progresar por la Beca Progresar, a principios de 2018, modificó la razón de ser de la propuesta: quedó sujeta al presupuesto y pasó a funcionar como un programa de becas estrechamente ligado al mérito.

La transformación del programa no solo se acota a variables cuantitativas, sino que se observa una profunda reformulación de sus objetivos y alcances durante la gestión de Cambiemos, 2015-2019. El Plan Progresar había sido planteado originalmente como un beneficio «puente» para familias que cobraban la AUH o tuvieran ingresos bajos.

El cambio del Programa Progresar por la Beca Progresar, a principios de 2018, modificó la razón de ser de la propuesta al quedar sujeta al presupuesto y pasar a funcionar como un programa de becas estrechamente ligado al mérito.

 

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