Horas después de haber cerrado las paritarias reabiertas por cláusula gatillo entre la Federación Argentina de Empleados de Comercio y las cámaras empresarias, las cadenas de venta de electrodomésticos y las grandes cadenas de supermercados salieron a advertir que no pueden pagar el aumento salarial. “Las ventas están en rojo”, advirtió la Asociación de Supermercados Unidos (ASU) –que integran asociados de la talla de Carrefour, Coto, Walmart, Dia, y en Rosario Dar y La Gallega, entre muchas otras firmas–. “Las ventas cayeron un 50%, no podemos afrontar en este contexto la suba paritaria que se firmó”, dijeron por su parte fuentes del primer sector, que además acusaron a la Cámara Argentina de Comercio (CAC), uno de los firmantes del convenio –junto a la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (Came) y la Unión de Entidades Comerciales Argentinas (Udeca)– de haber actuado “de espaldas a los asociados”.
Concretamente los grandes súper y los grandes comercios de artículos del hogar amenazan con desconocer el convenio firmado entre las tres cámaras y el gremio, que implica un 20% de aumento salarial a pagar en tres tramos, acordado por fuera del bono de 5.000 pesos para fin de año que decretó el gobierno nacional. “El ajuste salarial toma como base el sueldo de marzo de 2018, y será escalonado, con un aumento del 7% a partir de enero, 7% en febrero y 6% en marzo –no acumulativos– alcanzando un 20% total”, informó el gremio en un comunicado.
El monto se suma al 25% que ya había acordado este año el sindicato mercantil en su paritaria nacional, con lo cual completa un 45%. En tanto, respecto al bono, la negociación acordó un “tratamiento diferenciado para las pymes, según la situación financiera que atraviesen”.
El sindicato que encabeza Armando Cavalieri, cuya paritaria es la mayor del sector privado –más de 1.200.000 trabajadores– emitió el comunicado en la tarde del martes 27. Y poco más de 24 horas duró la tranquilidad: a última hora de la noche del miércoles 28 el portal de TN publicó la posición empresaria de dos de los principales empleadores del sector, como son los grandes súper y las cadenas de artículos del hogar.
El portal reflejó además el informe del Indec que esta semana señaló la situación del sector de electrodomésticos en septiembre, computando una caída de ventas a precios corrientes del 1,8%, lo cual significa, con el ajuste por inflación, una caída del 40%. En el tercer trimestre de este año, luego de números positivos en los dos primeros, la facturación tuvo también una merma en términos reales cercano al 35%.
El Indec también publicó días atrás datos de la actividad en los súper: por tercer mes consecutivo hubo declive en la facturación, con la caída más alta del año en septiembre: -7,9%.
Sobre esas estadísticas, ambos sectores pusieron en cuestión el cumplimiento del acuerdo salarial. Pero, en contrapartida, la CAC salió a defender la firma del acuerdo paritario complementario. “La postura de las cámaras empresariales antes de las reuniones paritarias se definen por consenso. El acuerdo respeta en un 80% los lineamientos de las tres entidades empresarias”, dijo ante este medio el secretario de la Cámara, Mario Grinman.
Además, fuentes sindicales recordaron que el convenio firmado incluye una cláusula por la cual, en el caso de que haya empresas en particular que no puedan pagar el aumento tal como está establecido, se puedan negociar planes de pago.
Mientras tanto, desde la Secretaría de Trabajo se limitaron a confirmar que la homologación del acuerdo “está en estudio”, aunque no señaló impedimentos para su oficialización: “No recibimos quejas de algún sector para frenarlo”, marcaron.
Un bono, dos posturas sindicales
Unos lo rechazan, otros lo buscan. Los trabajadores no docentes nucleados en la Federación Argentina de Trabajadores de Universidades Nacionales (Fatun) acordaron el cobro de un bono de fin de año de 5 mil pesos para el sector. Será abonado en dos tramos, uno en diciembre próximo y otro en enero de 2019, mientras sigue abierta la paritaria del sector que revisará un reajuste en diciembre acorde a los índices de inflación. “Este bono es para todos los trabajadores no docentes de la UNR”, señaló el secretario General de la Asociación del Personal de la Universidad de Rosario (Apur), Miguel Roldán.
En tanto los gremios de municipales de la provincia, nucleados en la Federación de Trabajadores Municipales (Festram) resolvieron en un plenario en Santa Fe rechazar el bono del gobierno nacional y, en cambio, exigir al gobierno de la provincia reajustes en las asignaciones familiares.
“Las asignaciones familiares se unificaron a nivel nacional y se está pagando 1.200 pesos por trabajador. Nosotros en Santa Fe estamos muy lejos de esa cifra y queremos que se reajusten los montos”, señaló Antonio Ratner, secretario General del Sindicato de Trabajadores Municipales de Rosario.
“Nosotros tenemos una paritaria con reactivación automática que se va reajustando mes a mes. Lo que estamos preocupados es por el año entrante”, aclaró Ratner.
En octubre se reajusto el salario de los trabajadores municipales en un 5,6 por ciento que se cobra este mes y redondea 42%, faltando noviembre y diciembre. “Andaremos cerca del 47 por ciento anual”, dijo Jesús Monzón, secretario General de Municipales de Capitán Bermúdez quien explicó que se rechazó el bono “porque es una limosna y deja afuera a los jubilados”.
“Tenemos una política salarial acorde a la inflación y lo que se exigió es el reajuste de asignaciones familiares. No queremos un bono”, insistió Ratner, y reiteró su “preocupación” por las paritarias de 2019. “En enero nos sentaremos a hablar con la base de la inflación proyectada en el Presupuesto nacional del año que viene con cláusula automática de actualización”, puntualizó el dirigente gremial.