¿Son las campañas electorales elementos clave para influir en las preferencias de la ciudadanía o existen ciclos políticos inamovibles, que determinan el apoyo o el rechazo a determinados partidos en cada época?
“Creo que, al menos para los cargos legislativos, deberá repensarse todo lo referente a las campañas y los gastos de las mismas, porque la gente no valora lo que decimos en los últimos 60 días; valora lo que hemos hecho en los últimos 60 meses”. La frase corresponde a una de las dirigentes que surgió como ganadora en las elecciones provinciales de Santa Fe, la diputada provincial electa por el peronismo María Eugenia Bielsa.
La pronunció luego de las primarias de mayo, pero cobra valor tras su desempeño electoral en las últimas elecciones provinciales, cuando se impuso en toda la provincia.
En el mismo sentido, podría pensarse si la campaña del kirchnerista Agustín Rossi tuvo defectos u ocurrió tan sólo que la mayoría de los santafesinos no deseaba en esta instancia a un dirigente tan alineado con el kirchnerismo como gobernador.
En una elección tan compleja como la de Santa Fe se dejó ver también un dato clave y que tiene que ver con las visiones que los ciudadanos acumulan a nivel local en cuestiones económicas y productivas.
Así, la opción por Miguel del Sel como candidato a gobernador fue la más apoyada en los siete departamentos santafesinos que concentran tres de cada cuatro hectáreas de soja sembradas en la provincia.
En esos distritos clave, con más de 1,3 millón de hectáreas dedicadas a ese cultivo, los ciudadanos consideraron que la propuesta del PRO para la gobernación era mejor que la peronista y que la socialista.
¿Fue la particular campaña de Del Sel la que hizo inclinarse a los ciudadanos por esa opción o la necesidad de dar un mensaje a la dirigencia sobre las ideas que vienen acumulando desde hace más de tres años sobre la cuestión productiva y económica en su región?
Otro dato resaltó a la hora del análisis de los comicios santafesinos: el peso que siguen teniendo las fuerzas políticas con desarrollo territorial.
Se trata de una serie de tareas que van por lo bajo y que no se traducen en spots o actos rutilantes, sino en un trabajo permanente de contacto con los ciudadanos.
Por ejemplo, Del Sel hizo una formidable elección, pero en muchos municipios santafesinos no contaba con candidatos a intendente, lo que al final del recuento de votos fue un elemento importante.
A su vez, la UCR de Santa Fe destacó que gracias a “su desarrollo territorial” fue un aporte esencial para el triunfo del socialista Antonio Bonfatti.
El partido centenario resaltó que de los 24 intendentes que colocó el Frente Progresista, 22 corresponden a su fuerza, y que lo mismo ocurrió con siete de los ocho senadores provinciales oficialistas en la provincia.
Este conjunto de elementos, aunque reformulados, tendrán también su peso en las primarias nacionales de agosto y en los comicios de octubre.
¿Qué importancia tendrán las medidas adoptadas en los últimos años por la presidenta Cristina Fernández entre los elementos que evalúen los votantes? ¿Qué lugar tendrá el actual desempeño productivo y económico? ¿En qué medida pesará la “territorialidad” política del oficialismo? ¿Podrá la oposición mostrarse como una alternativa válida?
Desde la ciudad de Buenos Aires, el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, declaró esta semana que en su distrito la ciudadanía pensará en “temas más macro” cuando tenga que votar en los comicios nacionales, cuestiones diferentes a las que evaluó en las locales.
Desde el PRO capitalino, hace poco el secretario general de la gestión macrista, Marcos Peña, consideró que las campañas “anti” no tienen anclaje entre la gente. Evaluó en concreto que “quien haga antikirchnerismo” en los comicios presidenciales “terminará favoreciendo al adversario”.
Quedan pocos días para que se comience a percibir, en las primarias de agosto, si la idea de un oficialismo en problemas que vienen traduciendo las últimas elecciones provinciales se materializa en un escenario adverso nacional. La oposición afirma que el ciclo kirchnerista se acabó y sus campañas apuntan en ese sentido.
Desde el oficialismo confían en que Cristina Fernández no agotó aún todo su potencial político, y que tiene fuerza para llegar victoriosa a octubre.
Sean las campañas lo que define, o cuestiones más subterráneas y difíciles de cambiar en el corto plazo vinculadas con el ánimo social, las incógnitas se terminan los días de elecciones, después de las seis de la tarde. Y los resultados son inapelables.
