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Las canciones como compañeras de viaje

Músico andante, Rodrigo Aloras repasará temas de su particular repertorio.

Javier Hernández

Esta noche desde las 21, en McNamara (Tucumán 1016), se presenta el músico Rodrigo Aloras, quien repasará canciones propias de particular sensibilidad. Dueño de un sonido difícil de clasificar, en los 90 renovó la escena del rock under local con su banda La Sed.

“La Sed fue un empuje vital para mí porque estábamos descubriendo la forma de comunicarnos con grupos grandes de personas, transmitiendo masivamente una sensación y una idea determinada”, recuerda Aloras en diálogo con El Ciudadano.

Acompañado por Emiliana Arias en batería, Lisandro Falcone en bajo y Matías Barrera en guitarra, el show de esta noche presentará un repaso por el repertorio musical de Aloras que incluye “canciones en formato rock pero trabajadas con un necesario nivel de complejidad”, adelanta el músico.

Pintor, cineasta y músico, Aloras realizará un recital donde interpretará una serie de temas personales que, como explica, “son canciones que suenan a sí mismas, no muy fácil de relacionar con otros autores”.

En este sentido, Aloras no ahorra fuerza en plasmar sus energías artísticas sobre lo que llama “el Nuevo Capital”: “Es una idea que parte de un texto que escribió mi hermano Gonzalo, que me parece maravilloso y muy valioso, y que habla sobre la solidaridad. Me identifico con un grupo de gente que busca generar un cambio en relación a las artes, la gente y el mundo”.

Residente en España y Suecia desde hace más de una década, el artista cuenta: “El viajar me fue renovando la percepción. Relacionaría el andar con una especie de soledad productiva, donde me florecieron las ideas musicales y cinematográficas que más aprecio”.

Ligado también a la realización de cine, cuenta: “Hice un mediometraje cuando apenas me mudé a Suecia y siempre estoy filmando y juntando material”. Asimismo, Aloras asiente: “Los últimos años estuve bastante dedicado al cine, es una de las actividades que más me apasionan dentro del arte”. Y agrega: “Cada actividad artística es un respiro de las otras que me permite renovar energías y volver con miradas nuevas”.

El músico insiste: “Estaba el arte en cada lugar por donde me movía entonces inevitablemente, como un paisaje que ves siempre en tu barrio; eso te va moldeando. En este caso estar rodeado de gente que está haciendo algo hizo que siempre estuviera estimulado para encarar algo nuevo”.

Con diversas actividades en su haber, el arte estuvo presente desde niño en la vida de Aloras: “Vengo de una familia que siempre estuvo relacionada estrechamente con las artes: mi madre trabaja con la literatura, mi padre es escritor, mi hermano y mi abuela tocaban el piano y mi hermana, además de ser artista plástica, tiene una banda. Yo creo que uno hace arte para compartirlo, pero en mi caso también creo que tengo el placer de acompañarme a mí mismo. Mis canciones son compañeras de viajes y por ende son un material muy querido, que me inspiran y me resultan una gran experiencia, una verdadera experiencia”, remata el artista.

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