El Clásico entre Central y Newell’s aún no tiene fecha. Hace más de dos semanas que se sabe que deben enfrentarse por los cuartos de final de la Copa Argentina, y las diferentes autoridades, los directivos de ambos clubes y la organización del torneo continúan con la discusión de cómo, cuándo y dónde se juega.
Y mientras siguen poniendo en vilo a toda una ciudad, las chicas dan el ejemplo. Este lunes, desde las 9, en el predio que Central tiene en barrio Cristalería, los primeros planteles de fútbol femenino se verán las caras. Será la tercera vez que se enfrenten en lo que va del año, sin ningún drama.
El primero fue en Bella Vista. A los hinchas visitantes y locales sólo los dividía un mínimo alambrado y el ancho de la cancha de once. El segundo se jugó en Cosecha y la imagen fue la misma: camisetas intercaladas, banderas y bombos.
Claro que aún el fútbol femenino no es tan masivo como el masculino. Tampoco está viciado por los intereses económicos y políticos, pero es un ejemplo de que un Clásico, sea femenino o masculino, se puede organizar y llevar adelante en paz.
Este lunes jugarán el tercero. Ambos lideran la tabla de la zona A con seis unidades, junto a Argentino y Pablo VI, y llegan invictos, para jugar el pendiente de la primera fecha del Clausura, que fue suspendido por las elecciones en el club de Arroyito.
El historial entre ambos es corto, porque recién se vieron las caras por primera vez este año, el 25 de mayo, en lo que fue un hito para el fútbol femenino de la Rosario. Ese partido, en Bella Vista, terminó igualado 2 a 2. Los goles de la Lepra los convirtieron Martina Dezotti y Brunela Piccini. Los tantos canallas fueron obra de Virginia Gómez y Érica Lonigro.
El segundo se jugó nueve días después en Cosecha. Pero se enfrentaron la segunda línea de Central y la primera de Newell’s. Fue goleada rojinegra para ingresar a la historia como el primer triunfo en un clásico femenino. El partido terminó 5 a 2. Los goles de Central los convirtió Selena Chamorra, y los de la Lepra, Martina Dezotti, Guiliana Albarracín, Ayelen Gigena y Brunela Piccini en dos ocasiones.
Se vuelven a ver las caras. Leprosas y canallas, canallas y leprosas, para mostrarle a la ciudad que se puede jugar un Clásico sin problemas.
