A partir de este jueves empiezan a regir las restricciones anunciadas por el gobierno provincial y las localidades aledañas a Rosario, donde muchos tienen casas de fin de semana, anunciaron que habrá fuertes controles en sus ingresos para evitar que viajen familias o grupos con fines recreativos.
“Los que se ganan la vida como albañiles, plomeros o gasistas los dejaremos entrar. Lo que queremos decir es que este fin de semana no es para comer un asadito. Es para quedarse en casa”, aclaró Roly Santacroce, intendente de Funes, sobre el alcance de las limitaciones.
A tono con su par de Rosario Pablo Javkin, con quien mantuvo una reunión este miércoles, Santacroce enfatizó el celo que se pondrá, esta vez, en los controles: “Estamos en un momento muy difícil. A los que no tengan necesidad de moverse les pedimos que tengan responsabilidad ciudadana y que la ciudad de Funes no es en este momento un lugar para pasar un fin de semana agradable, como fue en el verano”.
La misma postura explicitó Martín Gherardi, intendente de Pueblo Esther. Señaló que el ingreso a la ciudad que gobierna se permitirá “siempre y cuando la persona venga a darle de comer a algún animal que tiene en el domicilio o si le suena la alarma, por ejemplo”. Otro caso habilitado, agregó, es el de «aquel que venga y se quede a pasar la pandemia, porque hay muchos rosarinos que la han transitado en sus casas de fin de semana”.