Las dos CTA y organizaciones sociales anunciaron una «jornada nacional de lucha» para el 4 de noviembre cuyas características serán definidas el martes de la semana próxima, durante un encuentro de las corrientes que integran esas centrales sindicales.
La reunión donde se tomó esta decisión se realizó en el hotel Bauen y fue encabezada por los titulares de la CTA de los Trabajadores y la CTA Autónoma, Hugo Yasky y Pablo Micheli, respectivamente, a la que se sumaron dirigentes de Barrios de Pie, la Corriente Clasista y Combativa y la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP).
Una versión indicaba que el líder camionero y dirigente de la CGT unificada, Pablo Moyano, iba a estar presente en la reunión, pero no concurrió y, según Micheli, en diálogo informal con los periodistas «nosotros también teníamos esa versión, pero no está».
Al término de las deliberaciones que duraron cerca de dos horas, Yasky y Micheli anunciaron la jornada de lucha que tendrá lugar en todo el país el 4 de noviembre. Sus características se terminarán de conformar el martes y no se descarta que incluyan paros o movilizaciones.
Yasky señaló que «estamos en contra del acuerdo establecido entre la CGT y el gobierno» y calificó como «dosis homeopática», el bono de fin de año para los trabajadores.
«Exigimos reapertura de paritarias y el cese de los despidos», expresó Yasky, mientras que Milcheli sostuvo que «hay sobrados motivos para una medida de fuerza y un paro nacional, porque la CGT terminó arreglando por un bono que no está claro a quién se le va a pagar, ya que algunas pymes dicen que no pueden pagarlo y el Estado no define si va a pagarlo a todos los empleados públicos».
«Tampoco hay un compromiso del gobierno para parar los despidos y las suspensiones, que es un tema gravísimo», agregó Yasky, quien además insistió con la reapertura de las paritarias y exhortó a «un compromiso del gobierno para que no haya ni un solo despido más».
«Está claro que el acuerdo que firmó la CGT con el gobierno nosotros lo rechazamos porque no es la forma de recuperar el poder adquisitivo de los trabajadores», remarcó.
Tanto Yasky como Micheli consideraron como una medida «discriminatoria» que las centrales sindicales que lideran no hayan sido convocadas por el gobierno a participar del diálogo que se circunscribió a la CGT unificada.
La jornada de lucha tendrá su epicentro en la ciudad de Buenos Aires, pero se espera que tenga fuerte repercusión en todo el país, según manifestaron ambos dirigentes gremiales.