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Las economías regionales, víctimas de la distorsión campo-góndola

Productores de uva, leche y banana pidieron que el gobierno intervenga y les dé más participación en la cadena de valor. Según un informe de Came, el consumidor paga por los alimentos 5,25 veces más que lo que recibe el chacarero

Orlando Marino produce uvas y fabrica vino en Mendoza. Las empresas que envasan y comercializan su producto le pagan 5 pesos por litro, cuando debería cobrar 9 pesos para que la actividad sea rentable. Marcelo Aimaro tiene su tambo en la localidad santafesina de Gálvez y mostró su angustia al ver que en lo que va del año cerraron 600 establecimientos lecheros en todo el país, ante una situación insostenible: el productor cobra 8,50 pesos por litro de leche, cuando en la góndola supera los 30 pesos. Peor es la situación de la banana: Pánfilo Ayala, quien tiene su producción en Formosa, dijo que el año pasado el kilo se llegó a cobrar al consumidor 10 veces lo que recibe el productor. Para colmo, el gobierno no regula la importación.

Así, las economías regionales profundizan su crisis, como reveló un estudio difundido por la Cámara Argentina de la Mediana Empresa (Came), indicando que en la góndola el consumidor pagó en noviembre, en promedio, 5,25 veces más de lo que recibió el productor.

Mendoza es la provincia vitivinícola por excelencia. Sus vinos son destacados en todo el mundo pero la situación de los productores dista mucho del placer que genera en el paladar un buen malbec o un cabernet. En diálogo con El Ciudadano, Marino cuestionó la concentración del sector. “Cinco empresarios manejan los precios. Si la cosecha es buena, lo desinflan. Si es mala, importan todo de Chile. Hoy se ve el vino Toro (empresa mendocina) de procedencia chilena”, se quejó.

“Nos pagan 5 pesos el litro de vino común (el tetrabrik), cuando en el supermercado está más de 40 pesos. A nivel mundial se paga 23 centavos de dólar (a cambio actual unos 9 pesos), de esa forma tendríamos cierta rentabilidad porque así trabajamos a pérdida”, dijo el productor mendocino, quien también se dedica al durazno.

La vitivinicultura en Mendoza se caracteriza por el minifundio. Un 80% de los productores trabaja pequeñas parcelas de entre 5 y 20 hectáreas. Marino contó que “en las reuniones con el gobierno nacional sólo se habla de libre mercado”, por eso “cada vez son más los que abandonan la actividad ante la falta de respuestas”.

 

Mala leche

La crisis lechera no es una novedad. Tres reuniones ya tuvieron los representantes del sector con Mauricio Macri desde que es presidente y el 22 de diciembre será la cuarta. Aimaro espera que la Navidad lo sensibilice y el gobierno finalmente intervenga en una cadena en la que el productor sólo se lleva el 20% del precio final, pero no tiene muchas expectativas: “Ya no creo más en los Reyes Magos”.

Un productor tambero cobra 8,50 pesos el litro de leche, cuando en góndola supera los 30 pesos. Para solventar los costos y no trabajar a pérdida, debería percibir 11,50 pesos. “Estamos muy lejos”, dijo el tambero galvense. Y lamentó el cierre de 600 tambos en el país en lo que va del año.

 

Les mandan fruta

El caso de la banana es extremo. El año pasado, la distorsión de precios entre el campo y la góndola fue de 10 veces. Es que el productor sólo recibe 4,20 pesos por kilo y al consumidor supera los 40 pesos.

“Tenemos que vender 70 kilos de bananas para comprar un kilo de carne. Con esta situación, los que perdemos somos los productores y los consumidores”, comparó Ayala, quien también cosecha tomates. Y señaló que 7 pesos por kilo para el productor sería un precio “que puede generar un entusiasmo de rentabilidad”.

El oriundo de Clorinda contó que son tres las provincias argentinas que producen banana: Formosa, Salta y Jujuy. En total, se cosechan unas 140.000 toneladas anuales y en la Argentina se consumen 500 mil. Por eso, la importación se hace inevitable, pero los productores exigen al gobierno que no libere el ingreso de bananas extranjeras en época de cosecha argentina porque es el momento donde la producción nacional puede abastecer el mercado interno.

Vinculada a países como Ecuador y Brasil, la banana argentina, según Ayala, puede alcanzar altos estándares de calidad y nobleza: “Es más ecológica. Usamos un 10% menos de pesticidas que en el extranjero. Como tenemos una producción estacional estamos en condiciones de pedirle al gobierno que regule la importación en época de cosecha local. Los funcionarios nos reciben pero no nos dan respuestas”.

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