Las cámaras y federaciones de todo el país nucleadas en la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines (CECHA) manifestaron su rechazo a las medidas adoptadas por el Gobierno Nacional por considerar que tornan inviables el negocio de los estacioneros y los condena a la ruina.
Tras conocerse el acuerdo de Precios entre las petroleras y el Gobierno con un ajuste de 12,5% en agosto y el congelamiento del precio hasta octubre, CECHA anunció medidas de fuerza «que se aplicarán a la brevedad y en forma escalonada», indica un documento circularizado por los socios.
«Hemos decidido adoptar una serie de medidas de fuerza que se pondrán en marcha a la brevedad y en forma escalonada, como el cierre nocturno de todas las estaciones de servicio del país; el comienzo de las solicitudes para aplicar el procedimiento preventivo para establecimientos en crisis, previsto por la ley 24.013 y la paralización de los procesos de revisiones paritarias en curso. Todo ello sin perjuicio de otras acciones que se definirán conforme a la escalada de esta crisis», explicitaron en el documento.
«El aumento aplicado a los combustibles fue menor que el porcentaje aplicado a la devaluación, por lo que el efecto resulta negativo para quienes apostamos por el sector. Resulta muy difícil para nuestras pymes, que involucran más de 5000 estaciones de servicio y garantizan 65.000 puestos de trabajo, cargar con parte de esta nueva devaluación cuando ya venimos soportando la pérdida de la rentabilidad desde antes de la pandemia» indicaron desde CECHA.
En el comunicado, los Confederados sostienen que no cuestionan que el Gobierno pueda adoptar las medidas de emergencia que crea necesarias para la economía del país, y en resguardo del bolsillo de los consumidores, pero las mismas deben ir acompañadas de medidas complementarias y urgentes, que mitiguen el efecto devastador que se está provocando a las estaciones de servicio.
Adicionalmente, explicaron que «desde CECHA, hemos intentado mantener un diálogo fecundo con las autoridades nacionales, sin conseguir respuestas favorables hasta la fecha» y alertaron que esa falta de toma de decisiones provocará, lamentablemente, el cierre de estaciones que tengan ventas por debajo del punto de equilibrio y que hoy alcanza a la mitad del sector.
También, responsabilizaron al Gobierno por «la parálisis de nuestros procesos de revisión paritaria en curso».
Por último, exhortan a las empresas petroleras a modificar en forma estructural las comisiones por venta, las que actualmente están en el orden del 10% promedio a nivel país, ya que «resultan claramente insuficientes»
En tanto, cerraron con un último pedido al Estado: «El negocio de los combustibles no para de complicarse. Los empresarios, que elegimos y amamos este trabajo, ahora lo vemos desgastante y hasta desesperanzador. Los estacioneros necesitamos ser escuchados. El Estado debe entender que invertimos y generamos empleo, y no se trata solo de dinero lo que se pone en juego, sino también de esperanzas, esfuerzos y un tiempo que no volverá».