“Hoy Sidor fabrica un tercio de lo que fabricaba cuando era controlada por capitales argentinos”, analizó Carlos Larrazábal, titular dela Confederación Venezolana de Industriales, que aúna a 54 cámaras y cerca de un 80 por ciento de la industria privada. Una suerte de UIA venezolana. El empresario señaló que el caso de la compañía que pertenecía a Techint es diferente, porque es “uno de los pocos en los que se pagó la compensación, más allá de que se demoró casi tres años”.
Junto con Sidor, productora de varillas de hierro para la construcción, el gobierno de Hugo Chávez expropió otras empresas del sector que consideraba estratégicas. Se espera que el Estado venezolano termine de pagar la última cuota de una indemnización que asciende a los casi 2 mil millones de dólares para el grupo que encabeza Paolo Rocca. Tras esta expoliación de la firma argentina y con el fuerte control de precios que pesa sobre el sector en general, la ausencia de varillas en el mercado no tardó en hacerse notar. De hecho, el gobierno de Chávez abrió una investigación contra lo que denominó “la mafia de las varillas”.
Pero si hay un dato que hace ruido dentro de los que manejanla UIAvenezolana es la celeridad con la que aumentaron las expropiaciones año tras año. En 2002 comenzaron con 14. Ya para 2009 eran 139, el año pasado alcanzaron las 286 y a mayo de este año van 384, que ya son récord histórico. Basta con recordar el video que circula en YouTube de Chávez con el alcalde de Caracas para graficar la situación. De visita por la capital venezolana, el mandatario miró hacia el frente y vio un edificio donde aseguró que Simón Bolívar había vivido en su juventud. Cuando el alcalde le contó que actualmente allí se desarrollaba un negocio privado, Chávez no demoró en contestar: “¡Exprópiese, exprópiese, exprópiese!”.
Sin embargo, Larrazábal se apuró a explicar que por más que se establezcan comparaciones entre la situación argentina y la venezolana, existe una diferencia clave: “El gobierno argentino depende más del sector privado. Vi enla TVcómo el titular dela UIA, José Ignacio de Mendiguren, acompañó a la presidente Cristina de Kirchner en su gira por Brasil. Esa imagen es impensada para nosotros”.
Gran parte de esta independencia del sector privado de la que habla Larrazábal se explica por los petrodólares. De acuerdo con los datos de Conindustria, el 95 por ciento de los ingresos por las exportaciones tiene que ver con la industria del crudo. Por otra parte, explicó Larrazábal, el “gobierno trabaja en su presupuesto con un barril de petróleo a 40 dólares, cuando todos sabemos que supera los 100 dólares y la diferencia la maneja discrecionalmente”. El Estado venezolano recibe 1.200 millones de dólares por concepto de petróleo, una cifra que todavía no se logra traducir a la actividad económica. Desde 1998 hasta la fecha, el parque industrial se redujo el 36 por ciento y se perdieron 300 mil empleos.
