Martín Ferreyra / Tiempo Argentino
Con el bolsillo golpeado por los aumentos minoristas y las tarifas de los servicios, las familias terminaron obligadas a usar las tarjetas de crédito para comprar artículos de primera necesidad en las cadenas de supermercados y en los autoservicios mayoristas, donde el uso de los plásticos aumentó un 67% interanual en noviembre de 2019.
En su última Encuesta de Condiciones Crediticias (ECC), el Banco Central (BCRA) confirmó que las tarjetas se afirmaron como instrumento de pago. El Informe de Inclusión Financiera de la entidad oficial consignó que en 2019 el acceso al crédito alcanzó al 51% de los adultos argentinos, cuatro puntos porcentuales más que en 2018. Con ese nivel de penetración, las tarjetas fueron el instrumento de financiación más difundido con un alcance del 32% de las personas mayores de edad, en muchos casos jefes y jefas de familia.
Según Guillermo Barbero, socio de la consultora financiera First Capital Group, al cierre de diciembre de 2019 la operatoria a través de tarjetas de crédito registró un saldo de $ 568.346 millones, un 5,6% más que al cierre de noviembre. El crecimiento interanual llegó al 51,4%, un nivel muy cercano a la inflación.
Las tarjetas explicaron gran p–arte de la variación trimestral de préstamos en general con un uso que se incrementó un 25% en los últimos tres meses del año.
Al menos a nivel local la realidad contradice los pronósticosque consideraban inminente el final de las operaciones con el plástico. «Para nuestra golpeada economía esta herramienta suele ser el ‘salvavidas’ al cual se aferran los consumidores», aseguró Barbero. Y agregó: «El público prefiere las tarjetas, por ejemplo, para utilizar el programa Ahora 12 de cuotas sin interés. Asimismo es muy elegida por los comerciantes a la hora de promocionar sus ventas».
En ascenso
La semana pasada el Indec publicó su Encuesta de Supermercados y Autoservicios Mayoristas. El informe refiere a noviembre de 2019 pero sirve para confirmar la tendencia que muestran tanto el BCRA como First.
Según esa medición, en los supermercados las ventas con tarjetas de crédito aumentaron 57,8% en el décimo primer mes del año, alcanzando el 38,9% del total de pagos, la porción dominante. A la par, las compras con tarjetas de débito aumentaron un 48,7% respecto al mismo mes del año anterior y acapararon el 24,3% del total. En tanto, las compras en efectivo fueron el 33,5 % del total, con un aumento del 48,1 por ciento.
En los autoservicios mayoristas el consumo con tarjetas de crédito aumentó nada menos que el 67,1% en el mismo mes, si bien el porcentaje total sigue siendo bajo en la torta (16,5%). En este canal el pago en efectivo sigue siendo el rey, con un aumento del 44% interanual y un 48% del mercado total.
Salvavidas de plomo
Además de dar cuenta de la falta de efectivo, el recurso de pagar compras minoristas con tarjetas se agrava si se tienen en cuenta el altísimo nivel de la tasa de interés y el costo crediticio asociado a los plásticos.
Para Fernando Barrera, referente del Centro de Educación, Servicios y Asesoramiento al Consumidor (CESyAC), el recurso de pagar con el plástico es inevitable para las familias que, además de sufrir el aumento de los precios de los productos que venden los comercios minoristas, recientemente debieron destinar grandes proporciones del ingreso al pago de tarifas, alquileres y otros gastos corrientes.
Pero el alivio es efímero porque las complicaciones reaparecen cuando hay que saldar la deuda. «La tarjeta es la solución que encuentra la clase media pero el incremento de los costos financieros como la tasa de interés, el acumulado de saldos, los gastos de mantenimiento son tan peligrosos que en más de un caso ponen en rojo la economía familiar».
En este contexto, el coordinador Operativo de Consumidores y Administrados de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires, Gerardo Gullelmotti, aconsejó evitar el último nivel de empeoramiento que es el recurso de pagar el cargo mínimo: «Llega un momento en el que la tarjeta queda en el límite y se activan los intereses financieros del servicio que terminan encareciendo el consumo. Al final del camino mucha gente termina pagando solamente intereses».
Mayoristas aprovechan
En la última encuesta de consumo masivo del Indec llamó la atención el aumento del 67,1% de las compras con tarjetas de crédito en los autoservicios mayoristas.
El analista Guillermo Barbero, de la consultora First Capital Group, explicó que en los últimos años «se volcó mucho consumo particular al mayorista atraído por la oferta de precios competitivos en relación a las cadenas y los comercios de barrio», un dato que pinta nuevamente la crisis del poder adquisitivo.
En el canal mayorista tenía presencia la demanda de la clase media desde hace varios años, pero después de la crisis que estalló en 2018 y que se pronunció al año siguiente, el sector abrió sus puertas a mayores cantidades de clientes.
Tan grande fue el boom que varias de las grandes cadenas de supermercados transformaron algunas de sus bocas en comercios mayoristas para no perder más mercado. Y los nuevos compradores llegaron con tarjetas de crédito en mano, de acuerdo a lo que expresa la última estadística oficial.
Barbero explicó también que en los mayoristas el recurso del plástico es tradicional. «Ahí los clientes minoristas están más habituados a pagar con tarjetas de crédito. Los comerciantes que se abastecen en esos negocios en cambio tienen la costumbre de pagar con cheque o con efectivo», señaló.
En cualquier caso, el especialista proyectó que el peso de los costos hará bajar el uso de las tarjetas en el corto plazo si se produce una recuperación del poder adquisitivo.