La guerrilla de las FARC rechazó el llamado a su desmovilización lanzado por el presidente colombiano Juan Manuel Santos tras la muerte en combate el viernes de su líder Alfonso Cano y prometió reemplazarlo.
En la primera reacción a la muerte del líder rebelde, el Secretariado de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) aseguró en un comunicado que continuará en la lucha.
«La paz en Colombia no nacerá de ninguna desmovilización guerrillera, sino de la abolición definitiva de las causas que dan nacimiento al alzamiento. Hay una política trazada y esa es la que se continuará», señaló.
«No será esta la primera vez que los oprimidos y explotados de Colombia lloran a uno de sus grandes dirigentes. Ni tampoco la primera en que lo reemplazarán con el coraje y la convicción absoluta en la victoria», señalaron en el comunicado los jefes rebeldes.
Previamente, el presidente colombiano aseguró que tras la muerte de Cano, las FARC debían renunciar a las armas y elegir el camino del diálogo y la paz. «Las FARC, en su carrera absurda de violencia, que ya alcanza casi medio siglo, ha llegado a un punto de quiebre», advirtió Santos.
«Cano hubiera podido hacer la paz conmigo, pero perdió la oportunidad, décadas de violencia no consiguieron nada, no mejoraron nada, sólo significaron dolor y muerte, sólo ayudaron a perpetuar la pobreza y el atraso», agregó.
«La puerta del diálogo no está cerrada con llave, pero insisto en que necesitamos señales muy claras, que cese el terrorismo», dijo el mandatario.
Cano, de 63 años, un exuniversitario de clase media cuyo verdadero nombre era Guillermo León Sáenz, ascendió al mando máximo de FARC en 2008, luego de la muerte por causas naturales de su fundador, Manuel Marulanda «Tirofijo».