La carne vacuna aumentó entre un 11 y un 13 por ciento en los últimos días y las carnicerías intentan absorber una parte de esa suba para evitar una caída en la demanda. Mientras que el cerdo viene en alza desde octubre; escaló entre un 25 y un 30 por ciento en los últimos cuatro meses. Y el pollo subió entre un 5 y un 7 por ciento en diciembre, hecho que se esperaba para esta época del año. Según explicó José García, titular de la Sociedad de Carniceros de Rosario, todos esos ajustes se dan en lo que es la hacienda en pie, que en promedio registró un incremento del 16 por ciento en las últimas horas.
“Pero nosotros tuvimos que aumentar al público entre un 8 y un 10 por ciento. Caso contrario, no se vende. Tratamos de que el impacto no sea tan fuerte en los carteles. Creemos que por ahora la carne no va a seguir aumentando”, dijo García.
El kilo de costeleta está 320 pesos: antes costaba 290. El corte de roast beef sale 310; antes 270. El brazuelo subió a 330 pesos y antes estaba 300. La bola de lomo costaba 360 y ahora está en 380 pesos.
El kilo de costeleta de cerdo antes salía 180 pesos y alcanzó los 260. La bondiola subió a 340 pesos, mientras antes valía 300. En tanto, el kilo de pollo sale 110 pesos.
El sector cárnico viene sufriendo los embates de la recesión. Según un relevamiento de la propia asociación en el último año cerraron más de 20 carnicerías. “Nuestro sector viene complicado. Desde agosto hasta ahora estamos en una meseta. Depende de los lugares. No son los mismos precios en los barrios que en el sector céntrico”, amplió García.
El titular de la Sociedad de Carniceros explicó que la venta de carne se redujo a 50 kilos por persona en un año, un hecho histórico en el rubro.
“El consumo bajó a 50 kilos. Es el más bajo de la historia. Lo habitual siempre había sido entre 60 y 70 kilos por año por persona”, especificó García.
Menos pedidos para las Fiestas
García contó que hace unos años atrás los clientes se anticipaban a comprar diferentes cortes de carne para las fiestas de Navidad y Año Nuevo.
“Los cortes que más salen para las fiestas son el peceto, el matambre, el asado y el lomo. Antes compraban con 20 días de anticipación. Ahora compran sobre el pucho”, lamentó.
El kilo de asado antes costaba 370 pesos, ahora 400. El matambre salía 360 y ahora 390 pesos. El lomo pasó de costar de 420 a 450 pesos. “Hay menos pedidos”, agregó García.
Cambios de hábito
Desde Sociedad de Carniceros de Rosario dijeron que el aumento de precios influyó en las elecciones de los consumidores, que buscan los cortes más rendidores: pulpas especiales, nalga, bola de lomo, peceto, cuadril, y jamón cuadrado.
El único al que le deben fidelidad es al asado. Los clientes se vuelcan al pollo y al cerdo, cuyo consumo aumentó 14 kilos por habitantes por año en la última década.
Desde la Cámara de Supermercados también dieron cuenta de la baja en el consumo de carne de vaca y registraron un vuelco hacia las harinas para completar la dieta diaria.
“El consumidor tiene una conducta más racional a la hora de comprar. Chequea los productos similares, y se vuelca hacia las segundas o terceras marcas. También vimos que compran menos alimentos con proteína. Prefieren las harinas y el arroz. Notamos una variación en los cortes de carne, donde las personas pasaron de los más tradicionales como carne picada, nalga o cuadril a los cortes más populares de precios más bajos. Incluso, reemplazan la carne vacuna por la de pollo”, explicó Juan Manuel López Raidó, vocero de Cámara de Supermercados local.
