Veloces y sin titubeos. Esas parecen haber sido las causas por las cuales el personal de seguridad de la sucursal del Nuevo Banco de Entre Ríos de Corrientes al 300 recién se percató del asalto exprés cuando ya los dos autores del atraco se habían ido. Eso se desprende de los datos recogidos ayer en boca de varios voceros del caso. Entre otras cosas, los pesquisas mencionaron que la seguridad en el ingreso, la inmediatez con la cual colocaron la clave digital en el sector de cajas y la solvencia para no ponerse nerviosos se mencionaron como parte de los atributos con los que se manejaron los asaltantes. Los rostros de ambos se ven con nitidez, pero por ahora no fueron identificados. “Las imágenes de las cámaras de seguridad son clave para intentar atrapar a los ladrones, que no serían de la ciudad y también a sus cómplices locales, porque en este tipo de delitos siempre hay una ayuda local”, dijo un jefe policial.
Desde ayer por la mañana, la Policía se encuentra analizando las imágenes tomadas por las cámaras de seguridad del banco, en las cuales se ven con bastante nitidez los rostros de las dos personas que minutos antes del cierre del horario de atención al público ingresaron en la sucursal de Corrientes al 300.
Voceros del caso mencionaron que se están estudiando todas las probables vías de escape de los asaltantes, para ver si existen otras cámaras que hayan podido captarlos en el interior de algún vehículo, ya que se presume que huyeron al menos en un auto, pero todavía no hay certezas del rumbo que tomaron, ya que con el correr de las horas los rumores van en aumento.
En las imágenes se pueden ver bien los rostros de los dos autores del hecho, quienes estaban a cara descubierta y “limpios”, esto es sin lentes, bigote ni barba. También se aprecia cómo uno de ellos se quedó en la puerta mientras que el otro fue hasta la última caja, colocó los números de la clave de ingreso y luego sacó un arma corta, agarró una saca con dinero y luego –junto a un empleado– fue hasta el tesoro y tomó entre cuatro y cinco ladrillos de billetes, que los pesquisas presumen eran de 100 pesos. La saca y los fajos de dinero los colocó en un bolso de mano, con el cual salió de la sucursal junto a su cómplice, sin generar sospechas de los custodios. Si bien hasta anoche las autoridades del banco no habían dado a conocer la cifra exacta que se llevaron los asaltantes, fuentes del caso ratificaron la presunción de que la cifra ronda el millón y medio de pesos.
En referencia al accionar dentro de la sucursal para los investigadores no existen dudas de que se trató de personas que no viven en Rosario, aunque seguramente contaron con apoyo logístico local.
Fuentes de la pesquisa mencionaron además que según los responsables de la sucursal, todos los empleados conocían la clave para ingresar a la zona donde estaba el dinero. Y al hablar de todos los empleados, mencionaron desde los integrantes del personal de seguridad hasta “la gente de la limpieza”.
Además, indicaron que la clave la tenía el personal de Prosegur que habitualmente llegaba con las sacas con dinero, hecho que según una fuente fue negado por responsables de la firma. Y que la clave, si los autores del atraco hicieron un trabajo de inteligencia previo de varios días, la podrían haber descubierto mirando el monitor que estaba más cerca de la puerta con la cerradura, ya que la numeración aparecía en la pantalla cada vez que se colocaba.
“No había protocolo de seguridad respecto a la clave de ingreso; la última vez que se cambió fue porque se había roto la puerta”, sostuvo un vocero.
También se está haciendo una comparación con causas anteriores de robo a sucursales bancarias de Rosario y la región, para ver si se asemejan las formas o métodos de robo o las personas que se describen como autores del atraco de anteayer.