Sergio Massa debutará la última semana de este mes con una gira continental. Por ahora, el único destino confirmado es México, en donde participará de un seminario organizado por la Universidad de Georgetown. El líder del Frente Renovador intentará además que la visita al Distrito Federal mexicano, donde buscará una foto con el presidente Enrique Peña Nieto, se convierta en una escala rumbo a Washington.
El diputado nacional evalúa la posibilidad de apurar la campaña 2015 y lanzarse abiertamente como candidato presidencial. Daniel Scioli ya se dedica al proselitismo explícito, sumando incluso voluntades kirchneristas de paladar negro como Diana Conti. Tanto el gobernador de Buenos Aires como el ex intendente de Tigre pugnan por la herencia política residual del Frente para la Victoria, y después del Mundial de Brasil la campaña se tornará prematuramente carnívora.
Se termina para Massa la luna de miel que disfruta desde que se convirtió en el gran ganador de la provincia de Buenos Aires, al imponerse frente al cada vez más cercano kirchnerista Martín Insaurralde. La espuma del triunfalismo comienza a bajar, pasó la temporada de verano en Pinamar donde se fotografiaba con el jet set y con dirigentes que pasaban por el besamanos de Tigre. El 1º de marzo deberá sentarse solo, en medio de otros 256 diputados nacionales, y someterse a la mayoría legislativa del Frente para la Victoria. Su protagonismo deberá ser compartido con otros presidenciables, como Julio Cobos o Hermes Binner. Hasta el presidente de la casa, Julián Domínguez, está anotado para 2015.
Sin embargo, Massa no sólo deberá superar intrigas del Palacio Legislativo: tiene un tendal de desafíos para consolidar su proyecto presidencial de cara a 2015. A saber:
Scioli ya está lanzado como candidato. Es el adversario que más preocupa a Massa y que le marcó incluso los tiempos para convertirse en candidato a diputado nacional por el Frente Renovador. El ex jefe de Gabinete especuló hasta último momento de la primavera de 2013 con una eventual candidatura testimonial a diputado de Scioli que, descartada, le allanó el camino para que el massismo ganara en la provincia de Buenos Aires. Comparten mercado electoral poskirchnerista y algunos dobles agentes como Roberto Lavagna, con tentáculos –incluso ministerios– en el sciolismo y en el massismo.
En las legislativas de 2013, el PRO de Mauricio Macri se diluyó dentro del massismo y no presentó candidaturas propias en la provincia de Buenos Aires. En 2015 el escenario será distinto: el jefe de gobierno porteño será candidato a presidente, con un perfil aún más opositor que Massa y tendrá boleta propia para la categoría gobernador/a, con María Eugenia Vidal en pleno proceso de instalación. Es una incógnita a develar cuántos puntos porcentuales podría restarle Macri a Massa en el principal distrito electoral del país, donde más allá del PRO habrá otras candidaturas peronistas que dragarán al electorado del FR.
La inexorabilidad del balotaje. Las tribus del panradicalismo comienzan a agruparse. Cobos, Binner, Elisa Carrió y Fernando Pino Solanas ya sellaron un acuerdo para realizar una mega-PASO presidencial y fortalecer a un único candidato no peronista. Casi sin hacer campaña, el ex gobernador socialista de Santa Fe se ubicó segundo como el opositor más votado en 2011. La lógica, alejada de las sumatorias electorales, indica que el potencial electoral de Alfonsín y Binner confluirá en las presidenciales del próximo año.
La delicada e inestable interna del Frente Renovador en la provincia de Buenos Aires, trampolín electoral de Massa. Darío Giustozzi, jefe del bloque massista de diputados en el Congreso, quiere ser gobernador. También el intendente de San Miguel, Joaquín de la Torre, longa manu política de Massa, aspira a suceder a Scioli. Desde Malvinas Argentinas, Jesús Cariglino, el primero de los disidentes al kirchnerismo en el FR, también se lanzará a la pelea por la gobernación.
Contradicciones internas, presentadas como pluralidad. El diputado de la UIA, José de Mendiguren, se queja en privado del proyecto para suspender despidos. Reclama, a cambio, “premios” a través de exenciones impositivas a las empresas que no reduzcan su planta de personal. Facundo Moyano no quiere compartir bloque con De Mendiguren. El ascenso del intendente de San Martín, Gabriel Katopodis, complica también la convivencia de Massa con Graciela Camaño, quien aspira a controlar ese distrito, y con su esposo, Luis Barrionuevo. El gastronómico es parte del mismo proyecto político que el cívico Adrián Pérez, exjefe de bloque de Elisa Carrió y encargado de los proyectos de transparencia política en el FR.