La gobernadora de Tierra del Fuego, Rosana Bertone, y el intendente de Rio Grande, la mayor de las tres urbes de la provincia, Gustavo Melella, aunque están enfrentados entre sí hicieron fila para denostar al presidente Mauricio Macri por su caracterización de lo que ocurre en la Isla Grande. Desde que asumió la gestión Cambiemos “se han perdido más de 9 mil puestos de trabajo”, aseguró –sólo en referencia a la industria de su ciudad– el jefe municipal, que además es candidato a gobernador. En tanto, la mandataria corrigió ayer por “lamentables” las palabras del jefe del Estado en la reciente cena anual del Centro de Implementación de Políticas Públicas (Cippec). “Con total desprecio de la industria electrónica de nuestra Provincia, habla de los costosos subsidios que van destinados a fomentar la industria y que podrían ir a otras obras”, espetó Bertone.
“Las medidas del presidente Macri y sus aliados destruyeron el entramado social en Tierra del Fuego”, sostuvo Melella, entrevistado por Radio Caput. El gobierno nacional de Macri y el sistema de ajuste permanente contó con el acompañamiento de muchos aliados. Lo hizo con muchos gobernadores, diputados y senadores”, apuntó el intendente de Forja aliado al kirchnerismo. Y disparó: “Y el gobierno de Rosana Bertone es un gobierno aliado claramente al gobierno de Macri”.
Melella denunció que en sólo en tres años se perdió el 7,5% por ciento de los empleos fabriles de Río Grande, la capital económica de la isla: “Eso tiene un impacto muy duro en lo social, porque la ciudad tiene unos 120 mil habitantes. En la industria electrónica teníamos 12 mil empleados cuando terminó el gobierno de Cristina Fernández, y hoy estamos con 6 mil con suerte”.
Por su parte Bertone replicó a Macri sus datos sobre Ushuaia, la capital política fueguina y polo turístico a nivel mundial: “Quizás el presidente no esté informado que la ampliación del Puerto de #Ushuaia es una obra que está paralizada porque su administración decidió frenarla. Fue la provincia la que puso los recursos para hacer un dragado que permitiera seguir creciendo en la recepción de cruceros”, le recordó.
Y le bajó el precio: “A ningún presidente brasileño, norteamericano o alemán, de derecha o de izquierda, se le ocurriría bastardear una industria clave para el futuro como la industria electrónica”.