Sophia Loren, la musa del neorrealismo italiano, la protagonista de películas inolvidables de los grandes directores, relata sus memorias en el libro «Ayer, hoy y mañana, Sophia», editado recientemente por Penguin Random House.
En el inicio, la mujer nos habla de una una pasta que amasa para sus nietos recién llegados de Estados Unidos, para celebrar la navidad con su nonna. Son las memorias de una mujer ícono del cine mundial, esa abuela es la gran Sophia Loren, quien acompañó a los mejores actores del mundo como Cary Grant y Marcello Mastroiani, y que fue el rostro más hermoso y sugestivo del cine de Italia.
El 20 de septiembre de 1934 nacía en Roma una niña que nadie había deseado y todos terminaron adorando: esa niña era quien sería conocida mundialmente como Sophia Loren. Ahora, al cumplir los ochenta años, la gran actriz ha querido contar su vida en unas memorias que son también la imagen de una época.
Hija de una mujer joven y espléndida que también quería abrirse paso en el cine y de un joven que no estaba dispuesto a formar una familia, Sofia Scicolone Villani fue criada por sus abuelos en un barrio pobre de Nápoles, pero su belleza y sus dotes para la interpretación pronto le abrieron el camino en la pantalla grande.
Ahora, en su casa, Sophia abre la caja de los recuerdos, y de ahí salen palabras, fotos y documentos inéditos que se muestran por primera vez al público lector. La vida de los grandes protagonistas del siglo XX desfilan por estas páginas: de Vittorio de Sica a Giorgio Armani, pasando por Cary Grant, Marcello Mastroianni, Audrey Hepburn y Alberto Moravia. Es así como el pasado vuelve a nosotros gracias a una voz que fue musa del cine pero nunca olvidó sus orígenes, y ahora puede permitirse el lujo de recordar todos los años de su vida.
La diva del cine italiano relata en el libro: “Lo mejor que me pasó en la vida fue nacer sabia y pobre y todo eso que ustedes ven se lo debo a los espaguetis”. Con fotos blanco y negro y color, además de cartas y dedicatorias de sus compañeros de cartel en muchas películas, Sophia relata su vida y sus amores: Mirando las fotografías me detengo, enternecida, en una imagen que había olvidado. La mano de Carlo acariciándome la cabeza con delicadeza habla por sí sola y vale más que mil palabras. Reúne en un gesto, aparentemente insignificante, la profundidad de nuestro sentimiento. Le doy la vuelta y leo: “Verano de 1954”. Durante el rodaje de La mujer del río nos dimos cuenta de que estábamos enamorados. La chiquilla que creció demasiado de prisa se ha convertido en una mujer, la extra en una actriz y nuestra relación se transformaba en amor.
En el año 2014 el Festival de Cannes le dedicó un homenaje especial a Loren, quien acababa de estrenar, a sus ochenta años, un cortometraje dirigido por su hijo.