La temporada alta de festivales cinematográficos europeos coronó en San Sebastián su tendencia actual en favor de las artistas mujeres al consagrar -al igual que en Cannes y en Venecia- a, en este caso, Blue moon, ópera prima de la actriz rumana Alina Grigore que obtuvo la Concha de Oro.
Pero otros lauros principales del palmarés conocido este sábado en la gala de clausura de esta, la edición número 69, también recayeron en películas hechas por mujeres: el premio del jurado (presidido por la georgiana Kulumbegashvili) fue para Earwig, de la francesa Lucile Hadzihalilovic; y la Concha de Plata a la mejor dirección la mereció la danesa Tea Lindeburg por As in Heaven, film que también se llevó un premio por interpretación protagónica (para Flora Ofelia Hofmann, compartido con Jessica Chastain en Los ojos de Tammy Faye).
El Premio nuevos directores fue para Unwanted, otra historia dirigida por una mujer, en este caso la rusa Lena Lanskih, en un apartado donde Carajita, de la dupla argentina Silvina Schnicer-Ulises Porra alcanzó una mención especial.
Otro que se llevó una distinción fue el argentino radicado en Francia Gaspar Noé por Vortex, film que rodó en aquel país europeo y se impuso en la competencia Zabaltegi-Tabakalera.
Vortex fue presentada por su director y guionista en el último Festival de Cannes, cuyo elenco es encabezado por Darío Argento, Alex Lutz y Françoise Lebrun y retrata los últimos días de una pareja de ancianos que padecen demencia.
“Siempre pensé que la vida era un chiste y tras varias películas «chistosas» traté de hacer una película seria. Menos mal que Darío Argento aceptó”, bromeó Noé al agradecer su premio.