Por Ana Clara Pérez Cotten / Télam
Con variados criterios para evaluar su relevancia y formas de votación para determinar su uso y preeminencia, los diccionarios de distintos idiomas eligen las palabras que marcaron el pulso de la realidad durante el último año y dejan en claro hasta qué punto algo del espíritu de la época se define en el uso de términos como “goblin mode”, “permacrisis”, “ucraniano”, “inflación” o “gaslighting”.
El diccionario de Oxford eligió la expresión “goblin mode” (modo duende) como la palabra del año. ¿De qué se trata? En español sería algo así como “modo grinch”, y el diccionario lo describe como “un tipo de comportamiento que es sin disculpas, autocomplaciente, perezoso, descuidado o codicioso, típicamente en una forma que rechaza las normas o expectativas sociales”.
En una votación entre angloparlantes, el término resultó ganador por encima de otros tan populares como “metaverso” u otra expresión muy usada como “#IStandWith”, que se usa coloquialmente y sobre todo en redes sociales para mostrar la adhesión a una causa.
“Modo duende” nació en 2009 en Twitter, aunque la expresión se volvió viral en las redes sociales en febrero de 2022 y se hizo más popular cuando empezaron a relajarse las restricciones por el Covid y la gente, si bien podía volver progresivamente a la normalidad, no quería. En aquella primera salida de las restricciones, muchos rechazaron la idea de volver a la “vida normal”, se rebelaron contra los estándares estéticos y los estilos de vida guionados por las redes sociales. Es decir, entraron en “modo duende”.
¿Y cómo fue que se impuso “goblin mode”? Durante el año, los editores de la Universidad de Oxford estudiaron el uso y el devenir de varias posibles candidatas. Tras ese monitoreo, seleccionaron y propusieron una serie de expresiones.
Este año, por primera vez, el sistema de elección fue diferente y se abrió la votación al público. El segundo puesto fue para la palabra “metaverso”, que comenzó a usarse masivamente aunque el primer uso registrado de este término fue en el Oxford English Dictionary y data de 1992, en la novela de ciencia ficción “Snow Crash”, de Neal Stephenson. “#IStandWith” se ubicó en tercer lugar y refiere a “estar con” alguna causa, para mostrar solidaridad con un grupo o persona específica.
“Permacrisis” alude a un periodo prolongado de inestabilidad e inseguridad y fue seleccionada como la palabra del año por el diccionario Collins. Según la firma editora del diccionario, el concepto encarna a la perfección la sensación vertiginosa vivida en los últimos meses de pasar de un evento sin precedentes a otro, mientras se cuestiona qué nuevos horrores podrían llegar en el futuro.
“La década de 2020 ciertamente ha visto una buena cantidad de agitación, ¡y solo llevamos dos años! En este tiempo hemos tenido que lidiar con una pandemia y sus secuelas, una nueva guerra brutal en Europa y, en el Reino Unido, una crisis económica de la que el Banco Central consideró como un “riesgo material para la estabilidad financiera”. También hemos tenido tres primeros ministros, hasta ahora”, explicó David Shariatmadari, autor de “No creas una palabra: de los mitos a los malentendidos: cómo funciona realmente el lenguaje” en el blog oficial de la compañía editorial que edita el diccionario sobre cómo el clima social y político determinaron el vocablo elegido.
La invasión rusa a Ucrania también impactó en la lista de palabras de este año del diccionario Collins. La ciudad ucraniana de Kyiv se ha multiplicado en las páginas de los diarios de todo el mundo, así como en la extensión del concepto “lawfare”, el empleo estratégico de los procesos e instituciones legales y jurídicas para desgastar a adversarios políticos.
Las altas temperaturas históricas registradas en el verano europeo incrementaron el uso de la palabra “splooting”, el comportamiento típicamente animal de acostarse boca abajo con las piernas estiradas para refrescarse.
En cambio, el diccionario estadounidense Merriam-Webster consideró que el término del año es “gaslighting” en la palabra del año, luego de que las búsquedas aumentaran un 1.740% en los últimos 12 meses. El diccionario define la palabra gaslighting como “el acto o la práctica de engañar burdamente a alguien, especialmente en beneficio propio”.
“Gaslighting” habla sobre una época porque en verdad no hubo ningún acontecimiento mundial que provocara el aumento de las búsquedas como para que se convirtiera en la palabra del año. “Gaslighting” tiene, además, matices en su uso: a diferencia de la manipulación, es más suave, más indirecto, más argumentado y (en apariencia) amigable.
El término se inspira en una película de 1944, “Gaslight”, en la que un marido manipula a su mujer para que crea que está loca, diciéndole todo el tiempo que está imaginando que las luces de gas de su casa se apagan (cuando no es así).
Más allá de su origen, el uso que se le da a “gaslighting” no se limita a las relaciones amorosas. La manipulación del estado mental puede darse entre amigos y familiares, en la relación con un médico que con argumentos técnicos subestima una dolencia o incluso en el discurso político.
La Real Academia Española (RAE) se tomará hasta el 29 de diciembre para decidir cuál ha sido la palabra elegida en 2022. Mientras tanto, anunció un listado de doce finalistas entre las que están “ucraniano”, “inflación”, “inteligencia artificial” y “ecocidio”.
Los criterios para elegir a las candidatas que usa Fundación del Español Urgente de la RAE se basan en el uso que se les dio en los medios de comunicación y, además, su interés lingüístico.
Las doce candidatas a palabra del año son “apocalipsis”, “criptomoneda”, “diversidad”, “ecocidio”, “gasoducto”, “gigafactoría”, “gripalizar”, “inflación”, “inteligencia artificial”, “sexdopaje”, “topar” y “ucraniano”.
Al igual que en el mundo anglosajón, la guerra ha sido un gran motor del lenguaje. Las consecuencias económicas y sociales de la guerra de Ucrania, la investigación científico-técnica y la preocupación medioambiental son las áreas que inspiraron a las palabras candidatas.
Al anunciar las finalistas, la RAE argumentó el por qué de cada elección. De la voz “criptomoneda” recuerda que “el elemento compositivo cripto ha ampliado su significado y, además de ‘oculto, encubierto’, se aplica a aquellas voces que tienen que ver con las transacciones digitales que se aseguran mediante criptografía”.
De “sexdopaje” cuenta que es “un acrónimo, es decir, una palabra formada por la unión de otras (en este caso, sexo y dopaje). La palabra puede reemplazar al anglicismo “chemsex”, que se emplea para referirse a la actividad sexual, normalmente entre varias personas bajo la influencia de estimulantes”.
De “ecocidio” cuenta que “está formado por la combinación de dos elementos compositivos: eco-, que significa ‘ámbito vital’ o ‘ecológico’, y -cidio (‘acción de matar’, como en magnicidio u homicidio)”.
“Ucraniano”, gentilicio de Ucrania, motivó algunas discusiones: “Aunque el gentilicio ucranio también es válido, la forma ucraniano es la asentada y la recomendada en las obras académicas”.
Aunque todavía sin pistas sobre cuál será la elegida en 2022 por el diccionario más importante en lengua hispana, hay una cuestión que se repite: la RAE suele elegir palabras con usos y anclajes socioculturales, que dan cuenta de una época.
En esa línea, las anteriores palabras del año fueron “escrache” (2013), “selfi” (2014), “refugiado” (2015), “populismo” (2016), “aporofobia” (2017), “microplástico” (2018), “emojis” (2019), “confinamiento” (2020) y “vacuna” (2021). La demorada y traumática salida de la pandemia, la guerra en Ucrania, la crisis climática o una inflación que no conoce fronteras seguramente serán de inspiración para elegir a la ganadora.
Comentarios