Las palabras y las cosas. En su discurso de apertura de las sesiones legislativas, el gobernador Omar Perotti prometió más diálogo con la oposición y tuvo un tono mucho menos confrontativo que el año pasado, pero igual le pasó facturas al Frente Progresista por la “herencia” recibida (una palabra que esta vez no fue dicha, aunque hubo un sinfín de alusiones en ese sentido). El mandatario respondió críticas sobre el manejo de los recursos públicos y se quejó por la deuda en dólares que tomó la gestión anterior, mientras al mismo tiempo pedía el acompañamiento de la oposición para la sanción de las leyes que considera fundamentales, entre ellas la reforma en materia de seguridad y el plan de conectividad para llevar internet a toda la provincia.
La oposición, que se pasó un año y medio pidiéndole diálogo al gobierno y denunciando atisbos de autoritarismo, evitó darle alguna importancia a la bandera blanca que hacía flamear Perotti en el recinto de la Cámara de Diputados. El tono moderado del rafaelino contrastó con las críticas que los principales referentes de la UCR frentista, como el senador Felipe Michlig y el diputado Maximiliano Pullaro, iban haciendo minuto a minuto en las redes sociales. Ahí se estaba juagando un partido aparte, donde en lugar de la conciliación y el diálogo se impusieron los tambores de guerra. El año electoral ya está en marcha, aunque de eso todavía no se hable en voz alta.
Si alguien pensaba que con un tono menos confrontativo se iban a empezar a limar las asperezas que dominan a la política provincial desde las elecciones de 2019, se equivocó de diagnóstico. La Legislatura está en manos de la oposición: el Frente Progresista controla la Cámara de Diputados y los senadores peronistas alineados con Armando Traferri, en alianza con sus pares de la UCR, tienen poder de veto en la Cámara alta. Ese sigue siendo un territorio del todo hostil para el gobierno. Y, al menos hasta ahora, ni las promesas de diálogo ni las palabras amables fueron suficientes para revertir esa ecuación política.
Se pudo observar con claridad meridiana este sábado 1º de mayo: mientras Perotti pedía apoyo para la sanción de las leyes pendientes, sus voceros y aliados atacaban a la oposición interna de los senadores y externa del Frente Progresista en su conjunto. Algunos ejemplos: Roberto Mirabella recalcó “la situación económica que padecía Santa Fe desde hace años”, Lucila De Ponti pidió que la Legislatura se haga cargo “de las demandas sociales, de las más urgentes y de las estructurales” y Leandro Busatto aseguró que con su discurso Perotti “está recogiendo lo que muchas veces pide la oposición, que es retomar el diálogo”.
Perotti prometió más diálogo y le reclamó a la Legislatura la sanción de las leyes pendientes
Del otro lado de la grieta volaban los misiles. En forma coordinada, legisladores y militantes de la UCR frentista salieron a tuitear las mismas críticas bajo las consignas #PerottiNoArranca y #SantaFeNecesitaMas. El senador Michlig fue uno de los más virulentos: “El discurso del gobernador dejó muchos puntos oscuros e inconclusos”; “es un relato que no se condice con la realidad”; “los recursos para la pandemia llegan a cuentagotas a los municipios y comunas”; “el Plan Incluir se convirtió en un culto a la discriminación política, en beneficio solo del oficialismo provincial”.
Otro que eligió la red del pajarito para descargar en vivo y en directo contra Perotti fue el ex ministro Pullaro: “Me preocupa la falta de definiciones para los sectores de la producción y el comercio. Tampoco habló de la deuda de Nación que dejamos de reclamar y le faltó autocrítica por el año perdido en educación y los retrocesos en seguridad”. Y también: “El tono conciliador del gobernador Perotti es importante para avanzar en acuerdos. La situación es crítica y nos necesita a todos tirando para un mismo lado. También es cierto que su gobierno dilapidó 16 meses para pelear y agraviar, incluso con carpetazos”, en obvia referencia al ex ministro Marcelo Sain.
El plazo dijo y las deudas
Párrafo aparte para el debate en torno a los recursos públicos. La oposición nunca dejó de demandar información al gobierno, durante el primer año de la pandemia, respecto del dinero depositado a plazo fijo y, más en general, sobre la política de gastos e inversiones por parte de la provincia. Los legisladores de la UCR sospechan que el Ejecutivo tiene 30 mil millones de pesos guardados con oscuros fines electorales y que de momento el único que se beneficia de esa estrategia es el Banco de Santa Fe; en palabras de Pullaro: “Dinero gratis al agente financiero”.
Esta vez el gobernador recogió el guante: “Muchos hablan de los plazos fijos de la provincia, que hoy alcanzan un monto de 20 mil millones de pesos. Quiero hacer una comparación: los salarios y las jubilaciones representan 21 mil millones mensuales. Lo que tenemos en plazo fijo es lo que consideramos mínimo en una situación de emergencia para poder tener garantizados todos los sueldos del personal de salud, del personal de seguridad, frente a cualquier instancia de emergencia”.
En ese punto, Perotti atacó a la oposición por divulgar “mensajes creyendo que hay plata donde no la hay”. Pero además introdujo un nuevo tópico al debate público que seguramente dará mucho que hablar en los próximos meses: “En marzo del año que viene tenemos uno de los mayores vencimientos del crédito tomado en dólares. Eso va a significar unos 19 mil millones de pesos que tenemos que pagar en ese momento”.
Esa alusión refiere al endeudamiento por 500 millones de dólares tomado durante el primer año del gobierno de Miguel Lifschitz que “empezará a pagarse en esta gestión”, según se encargó de enfatizar Perotti. A esa factura, el actual mandatario sumó otra: fue cuando mencionó que bajo su mandato se cancelaron deudas con municipios y comunas, algunas de las cuales databan de 2014.
Tambores de guerra
El discurso del gobernador ante la Asamblea Legislativa, en el marco de la apertura del período de sesiones ordinarias, expresa el momento político de la provincia. Es una foto nítida que muestra el estado en que se encuentra la gestión, pero también las relaciones entre el oficialismo y la oposición y las expectativas del gobierno para los próximos meses.
En 2020, el eje del mensaje estuvo puesto en las medidas tomadas ante la pandemia con una fuerte exaltación del rol del Estado en un momento de emergencia que resulta inédito a nivel global. Este año hubo una síntesis de lo que se hizo y de lo que falta hacer.
Para algunos pudo resultar sorpresivo el cambio de tono por parte de Perotti; lo cierto es que las viejas disputas siguen más vivas que nunca, incluidos los reproches y los pases de factura de uno y del otro lado. Bandera blanca y tambores de guerra. Las palabras y las cosas.