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Las peras y perlas de Jorge Álvarez

Pionero del rock y editor de obras claves de la literatura de los 60, “Pidamos peras a Jorge Álvarez” es una muestra que permite recorre la trayectoria de este productor, editor y promotor de la cultura argentina reciente. Desde el jueves en la Sala de las Miradas.

El hombre podía conseguir que al olmo le nacieran  peras. Jorge Álvarez es un personaje de la cultura de los 60 y 70. Una persona abocada a la búsqueda de ‘talentos” que encontraba con su ojo visionario, y que se convertían en figuras destacadas a través de sus emprendimientos editoriales.

Desde este jueves, podrá verse en Plataforma Lavardén la muestra “Pidamos peras a Jorge Álvarez”, una colección de libros, discos, afiches, instrumentos musicales, fotos, reportajes, textos y dispositivos multimedia que integran la trayectoria del creador de Mandioca.

La muestra se exhibió en abril pasado en la Biblioteca Nacional de Buenos Aires, y llega a la Sala de las Miradas de Mendoza y Sarmiento como un primer destino en el interior del país.

 

La exposición parte de un recorrido que da cuenta de la búsqueda de Jorge Álvarez a través de sus emprendimientos editoriales y fundamentalmente, de su ojo “visionario” para descubrir talentos. Creador del sello editorial que publicó obras de Rozenmacher, Manuel Puig, Ricardo Piglia, Rodolfo Walsh, Paco Urondo, David Viñas, Oscar Masotta, Juan José Saer,   Juan José Sebreli, entre otros. Y en el plano musical, desde su sello Mandioca (después Talent), dio luz a discos de  Manal, Tanguito, Miguel Abuelo, Moris, Vox Dei, Almendra, Sui Generis, Pappo’s Blues, Billy Bond y la pesada del rock n’roll, Crucis, todas ellas fueron cimientos del rock argentino que contaron con el  apoyo de Jorge Álvarez.

«Los 60 y los 70 fueron la mejor época de la historia de la Argentina y tuve la suerte de vivirla. Fueron años gloriosos» declaró alguna vez el pionero del rock en castellano. El sello Mandioca fue también un proyecto pionero dentro de la edición casi independiente, que colaboró a engendrar un clima revolucionario en la música, la lengua y la cultura, convertido en un auténtico catador de talentos, y un empresario dueño de un sutil percepción de los cambios sociales y de las tendencias culturales de una época floreciente del país.

Álvarez editó a Walsh, Saer, Puig y Piglia. También a Almendra, Pappo y Moris.

Durante el tiempo de la editorial, en los sesenta, el  productor poseía además una librería en calle Talcahuano donde se desarrollaban tertulias literarias y musicales. La editorial de Álvarez publicó cerca de 300 títulos, algunos convertidos en clásicos de nuestra literatura, como «Los oficios terrestres» de Rodolfo Walsh; «La traición de Rita Hayworth» de Manuel Puig, «Los caudillos», de Félix Luna, y «Literatura argentina y realidad política» de David Viñas. “Tres centenares de libros en apenas siete años, orientados en su mayoría al replanteo ideológico de una época, constituyen un legado de gran potencia para la cultura nacional”,  según resalta un parte de prensa dela Biblioteca Nacional. Con presentaciones a la manera de un happening y diseños de gran impacto en las tapas de los libros, Jorge Álvarez logró alterar las costumbres lectoras de los sesenta.

 

Desde el jueves 23 a las 10, hasta el 20 de septiembre,  se podrá visitar en la muestra “Pidamos peras a Jorge Álvarez”, en la Sala de las Miradas de Plataforma Lavardén (Mendoza y Sarmiento), con entrada libre y gratuita.

 Por Patricia Dibert

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