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Las primeras lecturas son de acá

Por Agustín Aranda. El libro de cuentos “Aquí llegamos los chicos”, para niños de 8 a 10 años, está compuesto por relatos que transcurren en Rosario, dibujados por ilustradores locales. La primera edición, de 5 mil ejemplares, se destinó a escuelas de zonas “vulnerables”.

nota-aranda-dentroLas historias ficcionales pueden ser no sólo críticas, solapadas o no, a la sociedad actual sino también intenciones de deseo del autor para que cambie. O sea, ejemplos a los que apuntar. Con eso en mente, el municipio, la provincia y el Fondo de Asistencia Educativa (FAE), crearon un libro de cuentos: Aquí llegamos los chicos, destinado a rosarinos de 8 a 10 años alumnos de las escuelas públicas. Contiene relatos locales –en cuanto a personajes y escenarios– cuyas moralejas rescatan valores de solidaridad, participación, cuidado del medio ambiente e inclusión que intentan luchar contra la desintegración de los sectores sociales en la ciudad. Acompañados con respectivas ilustraciones de realizadores destacados de Rosario, están siendo distribuidos en una primera tanda –de 5 mil ejemplares– en 45 escuelas de zonas “vulnerables”.

“No es lo mismo un cuento en una fotocopia que tenerlo en colores y encuadernado. Y que esté a disposición del alumno y el profesor. Entendemos que muchas escuelas no poseen los recursos didácticos y muchos padres no pueden comprar los textos”, marcó a El Ciudadano el director del FAE, Gustavo Álvarez, quien adelantó que se está evaluando hacer una segunda tirada aún más cuantiosa para cubrir otras escuelas.

En 2011, Aquí llegamos… empezó desde una convocatoria amplia a artistas de la ciudad. La directriz, en cuanto a temática, tomó relatos ubicados en distintos sectores de la ciudad, con personajes que los chicos pudieran reconocer por la calle. Una segunda indicación fue abordar problemáticas también propias del entorno urbano. De allí que los relatos, de dos páginas y de molde de historieta, incluyan pibes de barrio, de pueblos originarios, del centro, en interacción entre ellos.

“Si bien no se trata de la primera parte del aprender a leer para chicos, hicimos mucho hincapié en la faz didáctica. Y segundo, en que las historias muestren interacciones ejemplares. Por ejemplo, una historia entre un chico del centro al que se le pierde su mascota, que luego es adoptada por otro chico de un barrio dedicado al cirujeo, y cómo resuelven la tenencia”, apuntó Álvarez sobre el problema de animales con el que lidia a diario el Instituto Municipal de Salud Animal (Imusa).

Para convertir esas historias en didácticas se contó con el aporte del área de asesoría pedagógica del gobierno. De hecho, el libro irá acompañado por una cartilla didáctica para el educador. En un par de meses se piensa traducir los cuentos a un CD multimedia para utilizar en clase. Los narradores, en ese caso, serán Quique Pesoa, Aldo Pedro Poy, Reynaldo Sietecase y Julio Orselli, entre otros.

Los autores

El libro “Aquí llegamos los chicos” cuenta con las ilustraciones de Esteban Tolj, Florencia Balestra, Fernando «Kiro» Rafael Campos, Néstor Caceres, Hover Madrid, Pablo Zeballos, Carlos Barocelli, Alberto Macchíavelli, Emmanuel Ybarolla y Tomás Juan “El Tomi” D’Espósito Müller. Los textos corrieron por cuenta de Patricia Gualino, Greta Adriana Dose, Corina Moscovich, Adriana Linch, Delia Crochet y María Luisa Micheletti.

La producción colectiva es de Arsenio Borgez, Silvia Medina y Rosana Crespo, integrantes del Taller no formal de Cultura Qom (toba) y José Manuel Castro. También contiene una producción colectiva coordinada por José Luis Costamagna con los integrantes del Taller de Tejedores Ciegos: Miguel Díaz, Marcela Mandon, Miguel Isakson, Andrés Fernandez, Juan Franco, Miriam Moyano, Matías Jaime y Estela Maris Figueroa.

La presentación de la obra editada se realizó a finales de marzo en el Centro Cultural Roberto Fontanarrosa, con la presencia de la intendenta Mónica Fein y el titular del FAE, Gustavo Álvarez. A los profesores en ejercicio que asistieron les fue entregada una copia del libro de forma gratuita.