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Las que vivieron para contarla

“Tres mujeres, la historia de muchas” se presenta como una muestra fotográfica, pero acaso es bastante más que eso. Las imágenes narran en piel viva la oscuridad que enfrentaron –y todavía lo hacen– Aurora, Fernanda y Rosalía.

Tres mujeres, la historia de muchas es una muestra fotográfica de los reporteros gráficos Julieta Pisano, Fernando Der Meguerditchian y Juliana Faggi, que inmortaliza en imágenes a Aurora Arias, Fernanda Serna y Rosalía Benítez, cuyos casos de violencia de género sacudieron a la ciudad y trascendieron sus fronteras al conocerse. A una de ellas, el ex esposo la amenazó con tirarse al vacío desde la terraza de un edificio de nueve pisos en Italia al 900, cargando a su pequeña hija en brazos. A otra, su pareja la roció con alcohol y le prendió fuego dejándole quemaduras visibles y severas, mientras que a la tercera,  el hombre con quien había estado durante 17 años le disparó seis balazos con la firme decisión de matarla. No pudo.

La muestra, que podrá verse hasta mediados de este mes en la Biblioteca Estrada, de Servando Bayo 799, forma parte de las distintas actividades que se llevan a cabo en la ciudad en el marco del Día Internacional de la Mujer, celebrado el pasado 8 de marzo.

Al pie del marco

Der Meguerditchian contó a El Ciudadano que la idea de retratar a las mujeres “surgió por casualidad”, cuando el 23 de diciembre de 2015 los reporteros gráficos del grupo de trabajadores La Brújula cubrían la sentencia en la puerta de los Tribunales provinciales de Rosario de Mario Toledo, el ex esposo de Rosalía. Al hombre lo condenaron a 10 años de prisión por el intento de homicidio de la mujer en su casa de Villa Gobernador Gálvez. A partir del fallo la mujer, junto al colectivo Amas de Casa del País, se moviliza para que la Cámara de Apelaciones cambie la decisión judicial a la que considera “pobrísima”, por una “condena ejemplar”.

El fotógrafo recordó que los jueces “no esperaron que Rosalía ingresara a los Tribunales para dictar la sentencia”, por lo que se enteró de la decisión cuando ya estaba tomada.

“En ese momento se arraigó mucho ese sentimiento de impotencia, y creo que generó un poco la idea de contar estas historias”, dijo Der Meguerditchian. A la vez, rememoró que mientras la mujer aguardaba la resolución, Aurora y Fernanda hablaban por un megáfono frente a una multitud que se había llegado hasta el edificio de Balcarce y Pellegrini.

“Son mujeres luchadoras, no son solamente víctimas, sino que tomaron las riendas de su situación. Usamos el término «violencia de género», pero en realidad son mujeres luchadoras”, enfatizó. Los integrantes de La Brújula consideraron también que “si bien todos los casos de violencia son extremos, estos tres fueron como arquetípicos y ninguneados por las autoridades provinciales”.

El vértigo de la locura

La historia de Aurora, una de las mujeres retratadas, es agónica y plagada de angustia y locura. El 21 de junio de 2014 su ex esposo le envió un mensaje de texto al celular diciéndole que estaba llegando a la cornisa del décimo piso del edificio de Italia al 900 y que junto a su hija Irupé, que por entonces tenía 3 años, se irían a encontrar con sus abuelos. Personal policial logró detener al hombre que fue trasladado de inmediato a un hospital neuropsiquiátrico. Más tarde fue imputado de intento de homicidio agravado por el vínculo, pero luego resultó absuelto en un juicio abreviado.

Actualmente, Aurora sigue adelante con su vida, con más fuerza que antes e integra el grupo de género de Amsafé.

Los reporteros gráficos fueron a su casa y capturaron imágenes de ella junto a su hija Irupé, una hermosa niña que, si bien aún sufre por la traumática situación que vivió, perdió miedos y ganó confianza. Justamente, Der Meguerditchian relató, conmovido, que lograron fotografiar a la nena subida a una escalera mientras hacía globos con un burbujero, “cuando después de lo que le pasó no podía ni subirse a una silla”.

“Nosotros aportamos nuestro granito de arena mostrando estas historias y apostando a que puede servir para que otras mujeres entiendan que se puede, que es posible salir de esa situación”, aseguró Julieta, otra de las fotoperiodistas.

La perversidad extrema

Fernanda es la tercera mujer que se prestó a posar para esta muestra. Su drama osciló entre el poder, la perversión y el ansia de destrucción, quizás multiplicado a la máxima potencia. En mayo de 2013 su esposo la roció con alcohol y le prendió fuego, ocasionándole quemaduras severas en el 45 por ciento del cuerpo, lo que la llevó a una larga recuperación en el área de quemados de un sanatorio privado. El hombre negó el ataque y se quedó junto a ella durante la internación, para que no le contara a nadie lo ocurrido.

La mujer recordó durante una entrevista que le hicieron periodistas del colectivo La Brújula, que el hecho de que su esposo trabajara en el Poder Judicial hizo que su expediente quedara paralizado. Hoy, Fernanda muestra su belleza con las marcas implacables que le dejó el fuego.

“No es fácil mostrar la miseria y contar toda la porquería que te tocó vivir, pero yo no tuve otra opción. Cuando te toca a vos, no sabés adónde disparar. En mi caso es peor, porque él trabajaba dentro de la Justicia y me quedaba claro que no iba a poder hacer nada”, relató la mujer durante la inauguración de la muestra.

Dos hermosos ojos claros iluminan las fotografías que le tomaron a Fernanda. “Ella nos contó que siempre fue una mujer muy coqueta, y hoy enfrenta esta situación con entereza y valor”, señalaron desde el grupo de trabajo.

“Estas mujeres no recibieron violencia sólo por parte de sus parejas, sino también del Poder Judicial, lo que prácticamente roza lo obsceno. Por eso creo que es relevante contar esas historias, respetando a sus protagonistas”, concluyeron los reporteros de La Brújula.

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