Agustín Álvarez Rey (Tiempo Argentino)
El nuevo gobierno desembarcará en el Congreso con por los menos una decena de normas que aspira a tratar en sesiones extraordinarias desde mediados de diciembre hasta fines de enero. El eje del paquete de leyes que deberá tratar la nueva conformación de Parlamento no sorprende. La cobertura social y la reactivación económica, según pudo saber Tiempo de boca de algunos legisladores que continuarán en la Cámara luego del 10 de diciembre, serán el centro de la discusión.
Desde ya, la ley de Góndolas y la ley de Alquileres que obtuvieron la aprobación de Diputados esta semana serán parte de la agenda y deberán ser tratadas por el Senado para convertirse en ley. En la misma situación está la creación del Fondo Nacional para Defensas que, impulsada por Agustín Rossi, obtuvo media sanción él último miércoles.
Según afirman en los pasillos del Congreso en el decreto que convoque a extraordinarias también estarían incluidas la creación del Consejo de Seguridad, la del Consejo Económico y Social, la norma que establece las herramientas para llevar a cabo el Plan contra el Hambre, la ley de Promoción de Hidrocarburos, la ley de Ministerios, y la ley de Emergencia Económica. Lo cierto es, más allá de lo que por ahora esperan diputados y senadores, las normas están en proceso de redacción pero nadie del entorno de Alberto Fernández asegura que todas formen parte de los debates del período extraordinario.
Una de las normas que está avanzada es la que regula la extracción de hidrocarburos. La normativa, desde ya, está diseñada a medida de Vaca Muerta. Si bien hay consenso en la necesidad de establecer un marco normativo que sea atractivo para los inversores, los criterios sobre el contenido del proyecto aún no lograron ser consensuados. La estabilidad fiscal y una especie de seguro de cambio que minimice el riesgo para los capitales que ingresen a Vaca Muerta son dos de los puntos en discusión.
En tanto los proyectos que crean el Consejo Económico y Social y el de Seguridad no representan un desafío en cuanto a la técnica parlamentaria, pero sí en cuanto a la consolidación de un consenso que se condiga con el espíritu de ambas iniciativas. Estas serán las primeras pruebas de muñeca parlamentaria a las que se deberán enfrentar Sergio Massa, como titular de la Cámara, y Máximo Kirchner como presidente del bloque del Frente de Todos.
El factor Cristina Kirchner no pasa desapercibido. Los bloques que fracturó en 2017 con su retorno al Parlamento los vuelve a unir con su regreso al poder. Con bloque único en ambas cámaras el Frente de Todos (FdT) tendrá mayoría en el Senado bajo la tutela del formoseño José Mayans y quedará a 19 diputados de la mayoría en la Cámara baja. Para lograr los 129 necesarios el futuro bloque oficialista contará con diez aliados que en principio serán permanentes: los siete del Frente Cívico por Santiago y los tres de Frente por la Concordia misionero. Los nueve restantes los tendrá que conseguir entre los siete de Consenso Federal, los tres del peronismo puntano y otros bloques provinciales. Así las cosas, las negociaciones con el sector que se presenta como más dialoguista dentro de Cambiemos no será vital.
Por eso, por ahora, la advertencia de Mauricio Macri sobre que Cambiemos no votará las leyes que se pongan a discusión en extraordinarias a libro cerrado tiene sin cuidado a los referentes del FdT. Porque más allá de que no está claro que el actual presidente se entronice como líder de la oposición, lo cierto es que hoy por hoy sus votos no son necesarios.
Por otra parte, las normas que a priori generan más consenso son las que tienen que ver con el Plan contra el Hambre. Más allá de la postura que sostendrá la izquierda, que señalará que la implementación de la tarjeta alimentaria va en detrimento del funcionamiento de los comedores y de las organizaciones sociales, y que casi seguramente terminará en abstención, el resto del arco político está dispuesto a acompañar el paquete de medidas que se enmarquen dentro de esa decisión de gobierno.