En un marco de economía recesiva e inflacionaria, las ventas en las panaderías siguen en caída libre y no dejan de preocupar. Según informó ayer el presidente de la Asociación de Industriales Panaderos y Afines de Rosario, Gerardo Di Cosco, ya llegan al 20 por ciento interanual, esto es en comparación con el mismo período del año pasado.
Y un dato que llama especialmente la atención es la baja específica en el consumo del pan, un insumo básico y de venta diaria. Si bien donde más se nota esta situación es en los barrios también comenzó a sentirse en el centro, informaron.
La caída en el consumo en las panaderías se nota en todos los productos. “Se dejó de consumir en todas las variedades. En las masas es donde más impacta pero lo que más nos llama la atención es el tema del pan, que es algo de consumo diario para la gente y ahí es donde más preocupados estamos. Vamos a ver lo que ocurre para fin de año. La verdad es que esperamos que esto mejore un poco”, explicó el titular de los panaderos.
“Lo que está ocurriendo es que las ventas han bajado interanualmente y eso es lo que nos preocupa más. Ya estamos hablando de un 20 por ciento en comparación con el año pasado. Estamos en la temporada donde más se debería estar vendiendo por el frío y eso no está ocurriendo”, indicó.
Según contó Di Cosco, actualmente el precio del pan va de los 30 a los 34 pesos el kilo. “Igual el grave problema que tenemos es que no hay ventas por más que nos sigan aumentando la mercadería vamos a tener que tratar de resignar nuestro margen de ganancia o buscar algunos productos alternativos para ofrecerle a nuestros clientes para tratar de paliar esta grave situación. La caída se nota más en los barrios. El centro es como una ciudad aparte pero igual así mismo ahí se empieza a sentir también”, señaló.
Con respecto a la suba en el precio de la manteca, dijo que por el momento los proveedores estaban entregando el producto a los mismos valores. “No tenemos grandes inconvenientes, por lo menos hasta ahora. Las medialunas de manteca están actualmente entre los 60 y los 80 pesos”, añadió.
“Nuestra industria jamás, ni siquiera en las épocas de más crisis, ha expulsado gente a la calle. Nuestros colaboradores han estado en las buenas y en las malas junto con los panaderos pero este año es un combo muy explosivo con las grandes alzas en las tarifas, con los aumentos que hubo en los productos que compramos nosotros y la retracción en las ventas nos obliga a repensar un poco las cosas y manejarnos más prudentemente y buscar alternativas para nuestro negocio”, concluyó.