Cuando en 2016, Laura Copello estrenaba, bajo la dirección de Ricardo Arias, Laurita tiene muchas cosas que hacer, donde ella, una mujer atravesada por lo político, se adentraba en una acción poética permanente bautizada, a modo de guiño, como “ficción autobiográfica”, ella (el personaje que era ella) repetía con intención la maravillosa frase del poeta francés Paul Éluard que sostiene que “hay otros mundos, pero están en éste”, desafiando no sólo ese universo propio que acompaña la producción artística de una de las grandes actrices y maestras locales sino también a modo de invitación a potenciar la mirada, el sentido y a optar por abismarse siempre, pero sobre todo a la hora de lo escénico.
Ahora, otro viaje en el tiempo gestado en pandemia la obligó a nuevas preguntas y de la mano del talentoso actor, dramaturgo, director y gestor cultural Felipe Haidar, una especie de hijo artístico con el que Copello lleva adelante no sólo proyectos escénicos y de formación de uno o de otro sino la gestión de la sala La Manzana, de San Juan al 1900, que desde su origen en calle Entre Ríos cumplió recientemente 30 años, volvió a desafiar su imaginario, esta vez a partir de Todavía no (Lo importante de acordarse), obra de creación compartida que terminó de encontrar su forma y su lenguaje a partir de la residencia de creación Descarriadas (las artes escénicas expandidas) que Marcelo Allasino llevó adelante en el Centro Cultural Parque de España (CCPE) el año pasado, donde la propuesta tuvo su estreno, para pasar luego a La Manzana, encontrando así distintos formatos para un mismo material donde lo que se modifica es la escala de la puesta en escena.
Como en Laurita…, otra vez en un limbo escénico plagado de objetos, esta especie de «acumuladora», esta “mujer insomne” desanda sus momentos entre las codas de la memoria mientras reconstruye su infancia, sus mares y sus amores al mismo tiempo que ahuyenta a la muerte que la ronda, creando paisajes con juguetes en miniatura que amplifican su escala y que recrean escenas de su vida, como las películas que la marcaron que, al mismo tiempo que las recrea, las evoca.
“Todavía no (Lo importante de acordarse) es una obra de teatro y objetos (estética largamente transitada por Copello) que habla sobre la memoria y la soledad, apelando al humor y a la ternura”, adelantan desde el equipo artístico que además de la dupla Copello-Haidar suma la asistencia de dirección, mapping e iluminación de Flavia Cisera; acompañamiento plástico y construcción de objetos de Pali Díaz, diseño de vestuario de Nicolás D’Aquila, música original de Agustín Alzari y diseño gráfico de Celeste Ciafarone.
Recrear paisajes
“En esta experiencia lo que aparecen son paisajes, me gusta llamarlos de ese modo; están mis recuerdos, obviamente está lo personal, pero de lo que nos dimos cuenta es que hablando de algunas cosas propias uno también habla de los demás. Y esto no nos pasa porque intentamos o buscamos que lo que hacemos derive en un aporte a la creación de la memoria colectiva, sin embrago parece que sí, que es eso lo que pasa, porque eso es lo que recibimos de parte del público: cuando uno cuenta algo o cuando habla de los objetos de la vida de cada uno también empiezan a surgir fragmentos de las vidas de los otros. Algo de eso pasa con esto de la memoria y de los objetos personales que se vuelve colectivo”, contó Laura Copello acerca de un material que será parte en septiembre de la programación del Faer 2023 y que, en su planteo, pone en tensión el paso del tiempo y abre un debate acerca de un supuesto capital que supone la juventud que en estos tiempos suele estar sobrevaluada.
De hecho, el material se corre de esa búsqueda contrafáctica que intenta negar el paso del tiempo para, también, poner en valor la presencia en escena de alguien que ha vivido, que ha tenido un tránsito, que ha hecho un recorrido y que recuerda algunos de esos momentos, sus películas, su amor por el cine, por la poesía, por la palabra. “Esta mujer también soy un poco yo; siempre estoy rodeada de objetos y de recuerdos y Todavía no cuenta en parte la vida de alguien que pasó ya un tiempo largo en este mundo y que en una noche de insomnio recuerda lo vivido, filma pequeñas películas, se conecta con alguien para dejarle una especie de legado, algo que para ella tiene un valor que es este valor de lo vivido, de recuperar lo propio y de compartirlo con los más jóvenes. Yo tengo una vida muy rodeada de jóvenes y allí se da un intercambio muy valioso y entiendo que también necesario”, contó la actriz.
Y profundizó: “Me parece que, entre otras cosas, lo otro que también sucede acá es que el director es alguien mucho más joven que yo; Felipe es este hijo no sólo artístico sino también una especie de hijo adoptivo muy amado, porque nosotros compartimos mucho tiempo juntos, estamos mucho en nuestro patio de La Manzana pensando y gestionando cosas y si bien tenemos un abismo de años de por medio, también tenemos, en algunas cosas, miradas similares o complementarias. Entonces sucede que, a pesar de que es una mujer grande reflexionando sobre lo vivido, al ver el espectáculo, le pasan muchas cosas a los jóvenes y eso es algo muy lindo y movilizante”.
En el mismo sentido, la artista habló de retomar un criterio de puesta que fue el original al momento del estreno en el Parque de España, en una sala a la italiana de grandes dimensiones: “Aquél estreno fue un gran desafío porque la obra fue elegida entre una veintena de proyectos como parte de Descarriadas, el espacio que coordinó el año pasado en el CCPE Marcelo Allasino junto con y Agostina Prato. Y más allá de que fue muy fuerte hacerla ahí, después la llevamos a nuestro pequeño teatro que es el lugar que amamos, donde premia la intimidad, la cercanía del público. Después también nos fuimos de gira, hicimos cinco funciones en cinco lugares diferentes, muy distintos todos entre sí, todos planteos diferentes que la idea de puesta parece resistir. Pero en La Comedia va a retomar cierto poder de las imágenes de la versión original porque es un trabajo visualmente muy potente, dado que utilizamos cámaras en vivo, hay un trabajo de mapping hermoso de Flavia Cisera (la conjunción de la proyección de imágenes fijas o animadas sobre diversas superficies) que en la distancia y lo expandido se aprecia más en su totalidad”.
Más allá de la originalidad del dispositivo que propone el material, en términos temáticos pareciera estar hablando de los grandes temas de los que teatro habla hace dos mil años. “Esta obra habla de temas que son los temas eternos en el teatro; la vida, la muerte o su proximidad, la memoria, los recuerdos, la soledad. Siento que en el teatro siempre estamos dando vueltas sobre los mismos temas; la cuestión es encontrar formatos o dispositivos diferentes, modos propios de hablar de algunas de estas cosas o de varias y creo que nosotros, con esta propuesta, de alguna manera lo logramos. Y si bien esta obra tiene de algún modo cierta continuidad con aquella Laurita…, por el trabajo con los objetos en escena, por la construcción de un espacio propio para la obra con esos objetos, creo que aquí hay un gran interrogante: en ese despliegue de una mujer reflexionando sobre lo qué es y lo qué fue, sobre sus amores, sobre la militancia, nos hacemos una gran pregunta que es cómo vivir el tiempo que nos queda. Yo creo que la pandemia nos llevó a hacernos esa pregunta, nos atravesó en ese sentido y nos permitió pensar en el tiempo vivido y por vivir. Volviendo a la frase de Paul Éluard que sostiene que «hay otros mundos, pero están en éste», hoy estamos aquí, en un lugar y en un momento, pero vale la pena pensar que hay otros mundos posibles”.
Finalmente, Copello reflexionó sobre la cuestión de género que atraviesa a ambos materiales donde siempre el personaje es una mujer: “En Laurita… quizás esa cuestión era más evidente, porque es un espectáculo en el que se habla de las luchas y allí está la lucha de las mujeres. Pero también se puede pensar a esta otra mujer con una perspectiva de género: es una mujer que reflexiona, que recuerda, y sobre todo que piensa en aquellos tiempos, como dice en un momento «éramos muchos, éramos jóvenes, imaginábamos otros mundos posibles»”.
Para agendar
Todavía no (Lo importante de acordarse), obra de Laura Copello y Felipe Haidar, recomendada para adolescentes y adultos, se presenta este sábado, a partir de las 21, en el Teatro Municipal La Comedia, de Mitre y Ricardone. Entradas en boletería en horarios habituales o a través del sistema https://1000tickets.com.ar/concierto.php?id_evento=213&todavia-no