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Laura Paredes: “De no ser por los feminismos, no se nos hubiese ocurrido hacer de hombres”

El grupo porteño Piel de Lava, que integran además Elisa Carricajo, Valeria Correa y Pilar Gamboa, llega este viernes a La Comedia con la imperdible “Petróleo”, la obra con la que el grupo saltó del circuito alternativo al comercial


Dentro de los bordes de una comedia dramática teñida por la lógica del grupo porteño de investigación escénica Piel de Lava, con una tradición de dos décadas a partir de un modo singular de pensar el lenguaje teatral, este fin de semana llega a Rosario, para presentarse el viernes en La Comedia con una única función, Petróleo, una creación integral del grupo junto a Laura Fernández (dramaturgia y dirección), que cuenta con las actuaciones de Elisa Carricajo, Valeria Correa, Pilar Gamboa y Laura Paredes, producción ejecutiva de Mariana Mitre, música y diseño de sonido de Zypce, iluminación de Matías Sendón, vestuario de Gabriela  Fernández y escenografía de Rodrigo González Garillo.

Hacer de hombres

Con la masculinidad puesta en tensión a partir de una idea de habitarla desde los cuerpos femeninos, la historia de Petróleo transcurre en un yacimiento en la Patagonia donde cuatro hombres conviven en un tráiler y a sólo unos metros de allí, extraen petróleo de un pozo casi vacío. Arriba, el tiempo libre se cubre de polvo, de mitos oscuros de la zona, de desafíos físicos. Abajo, la piedra se fractura para extraer la última gota, lo poco que queda.

“Poder llevar Petróleo a Rosario es casi un sueño. La hacemos hace mucho tiempo en Buenos Aires pero es la primera vez que hacemos una gira nacional”,  planteó Laura Paredes acerca de una obra que llegó a la cartelera porteña en 2018, en un momento en el que la masculinidad, de cara a la deconstrucción, se puso en tensión casi cotidianamente frente a la pregnancia de la presente cuarta ola del feminismo.

En su quinta obra, el grupo creado en 2003, que tiene además en su haber recordados trabajos como Colores verdaderos (2003), Neblina (2005), Tren (2010) y Museo (2014), todas propuestas construidas a partir de la indagación sobre los mecanismos de actuación y la dramaturgia colectiva, investiga la posibilidad de habitar personajes masculinos. Y lo hace en diálogo constante con la capacidad de generar ficción a partir de ciertos procedimientos grupales y también como una forma de indagar sobre la construcción del género y los estereotipos siendo en escena mujeres que hacen de hombres, cuando en la historia del teatro siempre fue al revés.

De este modo, con las masculinidades plantadas sobre un tembladeral, Petróleo ensaya una nueva y disruptiva forma de revisar aquello que la sociedad supone que son los lugares, las tareas y las acciones reservadas a hombres. Respecto de ese tema, Paredes evaluó: “Petróleo es completamente transversal a ese momento; creo que de no haber estado influenciadas por los nuevos feminismos que son los «nuevos viejos» feminismos, como parte de ese movimiento que nos tocó a nosotras como generación, no se nos hubiese ocurrido hacer de hombres. Hay algo que siempre pasó al revés en el teatro, cientos de casos, donde los varones hacían personajes femeninos. En ese contexto, empezamos a preguntarnos por qué no, por qué no jugarnos a eso, más allá que cuando apareció la posibilidad de hacer de hombres también aparecieron todos los prejuicios respecto de lo que podía resultar”.

Y profundizó: “Cuando empezamos a transitar este trabajo aparecieron las preguntas respecto de porqué es tan difícil hacer de hombres hasta que nos dimos cuenta que no existe una sola forma de hacer de hombre. Y la gran pregunta: ¿qué es hacer de hombre? Todos esos cuestionamientos en el contexto del trabajo nos cambiaron esa visión e incluso un poco la vida. Por ejemplo: en el entrenamiento, hacíamos un ejercicio buscando que aparezcan esas masculinidades. Yendo a lo más grueso, era de golpe aparecer en el escenario y que haya cierto verosímil en esos varones, pero en lo más fino, buscábamos pasar del eje de lo que creemos que es lo femenino a un eje masculino en cinco pasos, tratando de encontrar físicamente esa masculinidad. En ese proceso, nos dimos cuenta que pasar de un eje femenino a uno masculino era abrir el cuerpo, dejar de estar pendiente de la mirada ajena para ponerla un poco más en sí mismos. Así nos íbamos del ensayo con ganas de llorar porque era fácil: expando el cuerpo, ocupo el espacio y ya aparece un hombre posible, dejando de lado una cosa muy del cuerpo femenino que es más coercitivo; todo más chiquitito, más comprimido. En esos ejercicios, con unas pocas pinceladas, terminaba apareciendo un hombre”.

En el mismo sentido, la actriz reforzó: “Ese recorrido nos llevó a preguntar por qué tanta resistencia a hacer de varones, como si esa especie de juicio nos va a decir si hacemos bien o mal de hombres, hasta que en un momento, cuando derribamos ese prejuicio, nos empezamos a divertir, nos pusimos pelucas, bigotes, y vernos entre nosotras de ese modo fue desopilante. Allí empezó como un juego que terminó siendo una gran comedia que es esta obra, que era lo que también circulaba cuando empezamos a entrenar y a probar cosas. Y allí también apareció el mundo del petróleo, porque buscábamos transitar un mundo muy de lo masculino como universo, como lugar, como forma”.

El gran salto

En ese sentido, el material, con elogiosas críticas y el apoyo del público, hizo el salto del teatro público y más alternativo al comercial, lo que a veinte años de su creación marcó un nuevo escalón en la carrera de Piel de Lava. “Somos un grupo de teatro independiente que fue convocado por el teatro público para hacer una especie de residencia en una sala pública, el Teatro Sarmiento (que forma parte del Complejo Teatral Buenos Aires). Y cuando estrenamos Petróleo empezó un fenómeno de público que por supuesto no esperábamos porque éramos de esos grupos que siempre trabajan en salas bastante chicas. Y eso no paró más: primero pasamos al San Martín en calle Corrientes, y después, por algo de la escala de la obra que ya nos excedía, pasamos a una sala comercial. Fue casi coyuntural: no podíamos volver a una sala chica de esas en las que nosotras actuábamos habitualmente porque no nos entraba ni la escenografía. Fue un pasaje muy natural, y pasa algo con los públicos que suelen estar muy segmentados, pero con Petróleo, que es una obra que no tenía figuras, no tenía eso que supuestamente hace que funcione muy bien una obra, al final se volvió un fenómeno que derriba ese mito. Por suerte es algo que cada vez está pasando más en Buenos Aires, donde los elencos y las compañías circulan por los distintos circuitos y finalmente hay buen o mal teatro más allá de que sea comercial, público o independiente”, contó Paredes, actriz con un importante recorrido también por fuera de Piel de Lava, con una notable participación en el film Argentina, 1985, donde interpretó a Adriana Calvo de Laborde.

“Con la crisis, todos empezamos el año medio temerosos pensando si la gente sacaría una entrada, pero en este momento el teatro viene dando una pelea que es más fuerte que la del cine, porque no hay producción audiovisual. Pese a toda lo que está pasando con el ajuste y los recortes, el teatro sigue en pie y con Petróleo nos sigue yendo muy bien, seguimos haciendo funciones y nos arriesgamos a emprender esta gira nacional diciendo: «Bueno, vamos, hay que hacerla, hay que moverse, hay que seguir haciendo teatro más allá de todo»”, sumó la actriz.

Experiencias encendidas

Respecto de aquello que sostiene la inquietud intacta de Piel de Lava por más de dos décadas, eso “encendido” y vital que es una marca del grupo con la que también transitaron la película La Flor, de Mariano LLinás (compañero de vida de Laura Paredes) de la que fueron protagonistas, la actriz planteó: “En principio, nos mantuvo juntas el hecho de que, además, somos muy amigas; si terminamos una obra ya empezamos a pensar en la próxima. También nos sostuvo un esquema bastante flexible de trabajo, porque yo creo que a veces los grupos se separan por rigidez, por eso que se suele decir que «es el grupo o nada». En Piel de Lava eso no funciona, siempre nos acompañamos y nos esperamos si a una le aparecía un trabajo que estaba muy bueno por otro lado, y también nos sostuvo esta idea de laboratorio que es el grupo en sí mismo. Todas trabajamos con otros directores, tanto en el cine como en el teatro, pero Piel de Lava es ese lugar de pertenencia donde hacemos lo que queremos. Muchas veces a las actrices nos llaman por una tendencia o modo de actuar, y acá es al revés: no nos permitimos hacer lo mismo que en la obra anterior, y siempre con mucha libertad que es lo que nos hace seguir juntas. Petróleo la hacemos desde 2018 y sigue siendo un plan buenísimo: desde estar en el camarín y salir a actuar y ahora, salir a recorrer otros escenarios por fuera de Buenos Aires”.

Cuerpo y testimonio

Finalmente, la actriz, que junto con Lorena Vega compartió varias temporadas de Las Cautivas, de Mariano Tenconi Blanco, trabajo con el que se presentó hace algunas semanas en Madrid y que contó en la platea en una de las funciones con el mismísimo Pedro Almodóvar, recordó su trabajo en Argentina, 1985, la película de Santiago Mitre en la que tuvo a su cargo el conmovedor testimonio, en el marco del Juicio a las Juntas, de Adriana Calvo de Laborde.

Argentina, 1985 fue y es como un tesoro, algo que guardo para siempre, porque más allá de la película en sí que me encanta y de todo lo que pasó después, de los premios y de la llegada al Oscar, lo que más tengo presente es el momento de ir a filmar; estar en la sala donde eso había sucedido vestida igual que Adriana, decir ese texto que son las palabras que ella dijo en ese momento fue algo impresionante. Yo tenía la sensación de estar haciendo algo importante; ya habíamos ensayado con Santiago, ya sabíamos lo que iba más o menos a hacer, pero tengo un recuerdo que es como una nebulosa, miraba a mi alrededor y la gente lloraba;  fue muy catártico, fue tremendo, porque hay traumas personales y hay otros, como la dictadura, que son traumas colectivos. Y en ese momento sentía que se estaba como reviviendo un trauma colectivo. Pensaba que esas que yo estaba diciendo ya no son las palabras de Adriana sino que son las palabras de todos. Es un momento muy recordado de la película y me genera un orgullo total. En un momento tenía que decir: «Ese día hice la promesa de que si mi beba vivía y si yo vivía, no iba a parar hasta hacer justicia». Sabiendo que después ella dedicó hasta el último momento de su vida luchando por los derechos humanos, es algo profundamente conmovedor”, recordó sobre el premiado film nacional estrenado en 2022.

Laura Paredes junto a Pedro Almodóvar y Lorena Vega, en Madrid.

Y respecto del encuentro con Pedro Almodóvar en España, recordó: “Era el final de la gira de Las Cautivas, y un amigo que es un genio lo había invitado, le había dicho a Almodóvar que no se la podía perder. Y Pedro le dijo: «Bueno, voy a ir». Había dicho que iría sábado o domingo y el sábado no había ido y la de ese domingo era nuestra última función. La verdad es que hay pocas personas que me pongan nerviosa y pensé que si sabía que estaba en la sala me iría mal. Le dije al director, a Mariano (Tenconi Blanco), que no me diga si estaba en la sala  porque tengo mucho texto en verso en la obra, muy complicado, prefería no saber. Y ese domingo, estábamos por salir a escena y entra el jefe de sala y dice: «¡Está Almodóvar!». Fue muy emocionante, fue una gran función, la terminé disfrutando muchísimo, fue algo muy especial. Y lo que vino después: nos vino a saludar al camarín y nos sacamos unas fotos con él. Fue un momento verdaderamente inolvidable para todos los que estuvimos ahí”.

Para agendar 

Petróleo, de Piel de Lava y Laura Fernández, propuesta destinada a mayores de 16 años, se presentará este viernes 14 de junio, a las 21, en La Comedia (Mitre y Ricardonde). Las entradas anticipadas están disponibles en la boletería del teatro, en horarios habituales, o bien a través del sistema https://www.1000tickets.com.ar/evento?id_evento=1204&petroleo

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