El árbitro rosarino Saúl Laverni admitió esta mañana que junto a sus jueces de línea no tuvieron «una buena noche» en el empate entre Banfield y Godoy Cruz, que contó con un par de decisiones polémicas que privaron al elenco mendocino de ser el único puntero del Clausura.
«No tuvimos una noche acertada. Obviamente uno se siente mal porque no hizo el trabajo adecuado, pero son las circunstancias del fútbol. Después de ver las imágenes, uno se da cuenta que no estuvo acertado», aseguró Laverni.
En primera instancia, ni Laverni ni el línea Ariel Bustos dieron por válido el gol de Diego Villar, en el que la pelota traspasó claramente la línea del arco luego de impactar en el travesaño.
Unos minutos más tarde, el árbitro principal fue el único protagonista al obviar una clara infracción dentro del área de Gustavo Toledo sobre el delantero del Tomba Alvaro Navarro, pese a que seguía muy de cerca la jugada.
Luego del pitazo final, jugadores y cuerpo técnico de Godoy Cruz cargaron contra la actuación arbitral y lanzaron que bajo este contexto era «muy difícil» pelear el título.
Pero Laverni descartó las acusaciones de mala intencionalidad y aseguró que «no hay que buscar fantasmas donde no los hay». «Es lo que le dije a Da Silva (Jorge, entrenador de Godoy Cruz) después del partido. El comprendió, así como yo comprendo el enojo de los jugadores», sostuvo en declaraciones a radio Del Plata.
Y agregó: «Los dirigentes de Godoy Cruz saben la clase de persona que soy, simplemente me equivoqué. Estoy dolido y mal».
Por último, destacó la actitud del técnico de Godoy Cruz quien tras bajar las revoluciones y el enojo comprendió que «había tres seres humanos (él y sus dos árbitros asistentes) que no habían tenido una buena noche».