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Lazarillos, los ojos de los no videntes

Una ordenanza de transporte prohíbe que suban, pero otra, los autoriza. Ante el reciente caso de un no vidente que no pudo subir al colectivo por ir acompañado por un perro, proponen aplicar oblea que identifique que no se permiten el traslado o permanencia de animales, con la excepción de lazarillos.

Por Silvia Buonamico

Mientras una ordenanza prohíbe el acceso de cualquier animal a las unidades del transporte público, otra prevé una excepción para el caso de los perros guías y lazarillos. En el año 2009, Noelia Torres y su perra guía Capri tuvieron dificultades para utilizar la línea R6, de la Tamse. Ahora, fue el caso de Maximiliano Marc y su lazarillo Bandi en un transporte de la Semtur.

El perro es lo que muchos llaman «los ojos del ciego», es parte de los no videntes, que les da la libertad que solos no tendrían.

Si bien hay personas que creen que el perro guía de una persona no vidente es un animal como cualquier otro, el lazarillo es criado y entrenado para satisfacer únicamente a su amo, incluso, por encima de sus propias necesidades.

Para poner en conocimiento de usuarios y choferes deberían los transportes y otras instalaciones (bares, etcétera) tener una oblea que identifique claramente que no se permiten el traslado o permanencia de animales, con la excepción de lazarillos, para evitar que se reiteren episodios similares a los tristemente acontecidos.

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