Un joven de 23 años fue imputado en dos hechos de sangre. Ambos sucedieron en zona sudoeste; el primero fue en septiembre pasado cuando el atacado recibió ocho tiros, pero logró sobrevivir, mientras que el segundo terminó con la vida de la víctima, quien recibió un balazo en el tórax. Ayer la fiscal Marisol Fabbro lo acusó de participar en ambos hechos, en un contexto de denuncias por venta de drogas y usurpaciones en la Vía Honda. El juez Luis Caterina dictó preventiva sin plazo.
El 24 de septiembre de 2015 César Andrés M. fue baleado. Según la acusación fiscal, la víctima iba en moto rumbo a su trabajo cuando se detuvo en un semáforo de bulevar Seguí y Provincias Unidas. Al reiniciar la marcha una motocicleta que apareció con dos ocupantes se ubicó a la para de su rodado y abrió fuego. La víctima recibió 8 disparos.
Según refirió la fiscal, el hombre baleado aún se recupera de las lesiones sufridas y en su declaratoria refirió que cerca de las 7.45 salió a trabajar y, luego de contar la secuencia del ataque, sostuvo que Huguito, como se apoda el sospechoso, iba al mando de la moto que se le puso a la par e identificó como Willy a quien le disparó. El hombre interpretó que la agresión se produjo porque su madre denunció que los atacantes vendían drogas.
Otras tres personas que iban a trabajar en otras motos junto con la víctima detallaron la mecánica del ataque, aunque sostuvieron que los agresores llevaban cascos, mientras que el agredido relató que su hermano recibió una foto con unas ojotas y otro elemento con la leyenda: “Lo estamos carneando y ustedes duermen”, a lo que sumó el crimen de su cuñada, Patricia Obregón, quien fue asesinada algunos meses antes.
A su turno el imputado, Hugo S. de 23 años, dijo: “Que averigüen porque yo no fui, estaba trabajando en ese momento, tengo los recibos (de sueldo)”. Y agregó: “Nunca tuve moto”; confirmó que es primo de Willy pero que hace mucho que no lo ve y detalló que tiene el mismo parentesco con Pamela Spinetti, una chica que fue asesinada en julio de 2015 en la zona sur, describió.
Ataques reiterados
La víctima no era la primera vez que sufría un ataque. En julio pasado fue baleado el frente de su casa, aunque los proyectiles –que iban dirigidos a él– impactaron en su cuñada Patricia Obregón, quien recibió un disparo en la cabeza. La mujer murió cinco días después y este muchacho quedó detenido y acusado de tentativa de homicidio. Su madre, María Marta, denunció a la familia L, conocida en la Vía Honda por vender drogas y usurpar viviendas, como los agresores pero las amenazas no se hicieron esperar. La mujer de la víctima debió abandonar su casa y un sobrino de la denunciante fue corrido a tiros por dos hombres, lo que derivó en un corte de calle en bulevar Seguí por parte de los vecinos, cansados de las acciones de este grupo. Las amenazas pararon unos pocos días, pero se reanudaron.
El crimen de Farías
La fiscal Fabbro también le imputó a Huguito el crimen de Andrés Emilio Farías, ocurrido el 26 de diciembre último. Según la acusación, esa madrugada la víctima junto con su hermano asistieron a una fiesta que se desarrollaba en la vivienda del acusado, ubicada en Seguí al 5800, pero en un momento de la noche el dueño de casa se acercó a la víctima y le refirió: “Querés que te pegue ahora o después”. Según la funcionaria, Farías le contó a su hermano y ambos decidieron retirarse.
Los hermanos caminaron algunas cuadras y a la altura de Biedma y Roullión se les aproximó un Peugeot 206, desde el cual partieron disparos de una pistola de grueso calibre, siete de cuyos proyectiles le causaron la muerte a Farías. Según el testimonio del hermano de la víctima, al volante iba Huguito, mientras que atrás iba su primo y el tirador estaba en el asiento del acompañante, a quien identificó como una persona que no es del barrio. Según lo expresado en la audiencia, el presunto autor de los disparos es hijo del ex jefe de una barra brava local asesinado años atrás, a quien el imputado le habría dicho que fuera al barrio, porque la víctima le había pegado un tiro en el pecho a su mujer y la había dejado tirada, lo que el testigo aseguró era una falacia. La fiscal sostuvo además que la madre de la víctima recibió amenazas. Nuevamente el acusado se desligó y sostuvo que Farías nunca fue a la fiesta que realizó en su casa.