Considerado un tiratiros y miembro de una banda delictiva dedicada a extorsionar personas para conseguir dinero a cambio de tranquilidad o protección, Lucas «Berraco» Espinoza fue imputado este jueves por diversos delitos, entre ellos un homicidio.
El joven de apenas 18 años fue detenido este lunes durante un operativo cerrojo en Corrientes y Uriburu por estar investigado como integrante de una asociación ilícita a cargo del Fernando «Enano» Morel, un hombre cercano a Ariel «Guille» Cantero y preso en Coronda.
Berraco además fue acusado por el crimen de un vecino de zona sur cuando fue con otro a tirotear una vivienda lindera y de balear la casa del actual titular del Sindicato de Peones de Taxis, entre otros ataques en los que buscaron amedrentar a las víctimas para conseguir dinero.
En la audiencia imputativa de este jueves los fiscales de la Agencia de Criminalidad y Delitos Complejos, Matías Edery y David Carizza junto a su par de la Unidad de Homicidios Patricio Saldutti enumeraron cada una de las acusaciones contra Berraco.
El primero de los delitos que le achacaron al joven ocurrió el 10 de diciembre pasado cuando Felipe Schneider, de 65 años, fue asesinado de un disparo.
Esa noche, desconocidos llegaron hasta la zona de 24 de Septiembre y pasaje Guerrico, en la zona sur. Tenían como objetivo amedrentar a una mujer, apodada Chana, que vive a unos 40 metros de la casa de Felipe. Los agresores dispararon contra la vivienda y se fueron por calle 24 de Septiembre hacia Necochea. Uno de esos proyectiles impactó en el ojo de Schneider cuando se acercó para cerrar las persianas de su ventana. Un vecino lo llevó hasta el hospital Roque Sáenz Peña y luego lo derivaron al Heca, pero falleció al día siguiente.
En aquella oportunidad, uno de los testigos contó a El Ciudadano que los disparos estaban destinados para la Chana, como la conocen a Marta Susana Bustamante, de 50 años y con prisión domiciliaria por causas en la Justicia federal y provincial. “El yerno de esta mujer, Lukitas, se estuvo tiroteando en la moto todo el día y se ve que los de la otra banda salieron a cazarlo. Felipe se asomó para cerrar la ventana, y justo rebotó una bala y el disparo lo alcanzó”, dijo.
Asociación ilícita
Berraco tiene 18 años y para los investigadores es un engranaje de una banda criminal, una célula de Los Monos, dedicada a extorsionar para lograr la entrega de dinero y también es utilizado como tiratiros para defender el territorio.
Los integrantes del grupo que para la Fiscalía funciona desde el 26 de septiembre pasado tenían distintos roles: algunos se encargaban de llamar a las víctimas, negociar el monto de la extorsión, otros dejaban notas intimidantes, hacían o contestaban llamadas telefónicas, otros amedrentaban a los tiros a las víctimas o disparaban contra ellas o sus casas, otros se encargaban de recibir los pagos y repartirlos.
Para lograr el objetivo, la organización usaba distintos métodos: se aparecían ante las víctimas y las amenazaban con causarles daño a ellas o sus familias si no pagaban lo que le spedían, dejaban notas anónimas amenazantes o disparaban contra los frentes de las viviendas para luego exigir efectivo.
Para los fiscales Edery y Carizza, Berraco era el encargado de disparar en la organización que estaba dirigida por el Enano Morel, quien está detenido en la cárcel de Coronda luego de no regresar de una salida transitoria de la prisión de Piñero donde cumplía una condena por un crimen y otros delitos, y sindicado como muy cercano a Guille Cantero, líder de Los Monos.
Según la pesquisa, una de las metodologías de la banda era dejar notas con un número de teléfono para que las víctimas llamaran, esas esquelas tenían la leyenda: “Con la mafia no se jode”. Las llamadas a ese número impactaban en una celda en la cárcel donde el Enano Morel está detenido.
«Tengo cabida con el de arriba»
Una de las escuchas telefónicas que está plasmada en la investigación data de la noche del 19 de septiembre pasado y da cuenta del rol de gatillero de Berraco en la organización pero también lo reemplazable, lo fungible de su rol como mano de obra bien barata.
La Fiscalía contó que en ella Berraco habla con una joven, a quien le cuenta: «Ya estoy podrido de estar a los tiros… de vivir al límite, cansa. Yo desde los 13 años que tiro tiros imaginate”.
«Estás loco”, le contestó la joven y Berraco agregó “Tengo 17, voy a cumplir 18. No me copa las cosas que pagan. ¿Entendés? Los otros van por chirolitas, van por dos pesitos, a mí no me copa. A mí me copa la guita, que paguen bien».
“Él me dice: «Yo no te voy a estar pagando por todo». Pero chupame la pija, le puse”, siguió y su interlocutora rió.
“Me dice mi mamá: cómo le vas a decir todas esas cosas. Yo no me como ni una, le dije”, cerró Berraco.
Ante la advertencia de que lo iban a matar de la muchacha, el joven contestó “qué me van, yo tengo una cabida con el de arriba, de eso no me va a sacar nadie”.
Fue ahí cuando la chica le preguntó lo obvio: ¿Quién era el de arriba? “El que tiene anteojos en la cara”, fue la respuesta de Berraco, en supuesta alusión a Guille Cantero.
Sindicato
Entre las balaceras que le adjudican a Berraco y lo investigan a Morel se encuentra el ataque a tiros al domicilio del hoy secretario general del Sindicato de Peones de Taxis, Hugo Yannotti, en septiembre pasado. También un pedido de dinero a la víctima por parte de la banda delictiva en fecha 6 de octubre.
También se investiga si el ataque a la casa de Yannotti se dio en el marco de una disputa interna cuando el ex secretario general Horacio Boix fue corrido de su cargo y denunciado por presunta defraudación y malversación de fondos.
En uno de los teléfonos secuestrados a uno de los miembros de la banda los investigadores encontraron conversaciones de Whatsapp donde organizan el tiroteo a la casa de Yannotti.
Otras balaceras
También le imputaron el ataque a balazos a la casa de la Chana, en diciembre de 2019 que terminó con el crimen de Schneider y otro ataque ocurrido el 2 de marzo pasado a una casa en Chacabuco al 3900 con el fin de que sus moradores abandonaran la propiedad.
Ese día llegaron dos motociclistas hasta esa cuadra, en una de ellas Berraco iba como acompañante y dispararon contra el domicilio al menos seis veces, contó la Fiscalía.
Cuando se escapaban cruzaron un móvil policial y se inició una persecución. La moto en la que circulaba Berraco logró fugarse mientras que la otra terminó perdiendo el control en Presidente Quintana pasando Alem.
Los ocupantes cayeron al piso y corrieron hacia una casa pero fueron detenidos e identificados como Franco S. y un adolescente A. B., el primero tenía notas con la leyenda: «… Hablame a este número. Con la mafia no se jode (esto no es coca)”, el segundo una pistola 9 milímetros.
Durante un allanamiento que realizó personal de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) en enero pasado, a la casa de Berraco de Ayacucho al 4000 encontraron debajo del colchón de su cama una pistola calibre 9 milímetros sin numeración visible y con 14 vainas en su cargador. Berraco no estaba pero el arma fue enviada a peritar.
Tras describir todos estos indicios, el fiscal Saldutti acusó a Berraco por homicidio agravado por el uso de arma de fuego y los fiscales Edery y Carizza lo imputaron por los delitos de asociación ilícita, amenazas coactivas y portación.
El juez Nicolás Vico Gimena escuchó a las partes, aceptó la acusación de la Fiscalía y le dictó la prisión preventiva en su contra por el plazo de ley.
La conexión con el atentado al Casino
En la imputativa a Maximiliano Damián «Chachete» Díaz de enero pasado, donde quedó acusado por el homicidio del gerente de la sucursal del banco Nación de Las Parejas Enrique Encino ocurrido en el balcón del Casino City Center, la Fiscalía se explayó sobre la teoría de una lógica extorsiva para recaudar por parte de una banda delictiva encabezada por Guille Cantero. En esa audiencia apareció el nombre de Enano Morel.
Por ese tiempo, Morel tenía una captura por no regresar desde Navidad de una salida transitoria de Piñero en el marco de una pena por un crimen cometido en 2013 entre otros hechos. Casi en la misma fecha que el atentado que se cobró la vida de Encino, tuvo su momento en las crónicas policiales cuando fue detenido luego de que cayera de un galpón en zona sur.
El Enano dio un nombre falso al entrar al Heca y cuando lo descubrieron intentó coimear a los uniformados. Luego quiso escapar por los conductos de ventilación del Heca, el custodio que tenía en la puerta sólo siguió los ruidos y lo detuvo cuando bajó en otra habitación.
Para los investigadores, el Enano Morel es uno de los enlaces para armar la logística en algunas balaceras atribuidas a Los Monos y es quien maneja el grupo delictivo que integra Berraco, por ello no descartan que hayan sido algunos de los gatilleros que atacaron a balazos el 11 de enero pasado los balcones del City Center, por Moreno al 6400, y mataron a Encino.
