La Justicia condenó a un hombre de 32 años a la pena de 14 años de prisión por el homicidio de Roberto Insaurralde, quien fue ultimado la tarde del 22 de agosto de 2006 de dos disparos frente a su casa en zona oeste. Por su parte, el fiscal, el cual solicitó 25 años de cárcel para el acusado, y la defensa, que en la instancia judicial pidió la nulidad del caso, apelaron el fallo, indicaron fuentes judiciales.
En el fallo, el juez penal de Sentencia 6, Julio García, subrayó que la causa de Martín Ramiro Udi quedó caratulada como homicidio agravado por el uso de arma de fuego, lo declaró reincidente y estipuló que como atenuante se tuvo en cuenta el escaso nivel sociocultural del acusado.
Roberto “Cara de Caballo” Insaurralde, definido por una vecina como “el último guapo del barrio” –ubicado en las inmediaciones de las vías del ex ferrocarril Belgrano al 5100–, ocurrió el 22 de agosto de 2006 a las 15.40, en un pasillo de Cerrito entre Felipe Moré y Gutenberg.
En esa oportunidad, voceros policiales reconstruyeron los momentos anteriores al homicidio y señalaron que, ese día, Insaurralde, de 30 años, accedió al pedido de su concubina para que la acompañara a cobrar “el plan trabajar”. Como no tenían vehículo, Cara de Caballo se cruzó con su mujer hasta la casa de una vecina para pedirle prestada su bicicleta, refirieron los voceros.
Mientras la pareja estaba ingresando al pasillo ubicado frente a su vivienda, se acercaron dos hombres.
Luego de intercambiar unas palabras con el hombre, uno de ellos sacó un arma y le disparó tres veces. Uno de los proyectiles impactó en el tórax y el otro en el abdomen de Insaurralde, quien se desplomó en el piso y falleció a los pocos minutos, mientras esperaba la llegada de una ambulancia, señalaron los pesquisas en dicha ocasión.
Por su parte, la esposa de la víctima fatal, Jésica G., declaró a las autoridades judiciales que “cuando se acercaron las dos personas, le preguntaron a su marido: «Vos sos Roberto» y cuando él asintió uno de los jóvenes sacó un arma y le disparó a quemarropa”.
A su vez, la muchacha agregó en su testimonio que también alcanzó a escuchar que el asesino de su esposo lo culpaba de ser quien le robó la bicicleta a su hermana. Hecho que Insaurralde negó en forma terminante. Sin embargo, el joven no creyó su versión, lo baleó y huyó del lugar con su cómplice.
Luego de una serie de investigaciones por parte de la Brigada de Homicidios de la UR II, Udi fue atrapado el 24 de septiembre de 2006, mientras dormía la siesta en una vivienda ubicada en Tucumán y cortada Mazón, del barrio Ludueña norte.
Tanto la víctima fatal, quien había cumplido una condena hacía poco menos de un año en la cárcel de Coronda por robo calificado, como Udi tenían frondosos prontuarios.
En su declaración, el imputado sostuvo que conocía a Insaurralde porque fueron compañeros de celda por dos años, mientras purgaban condena por distintos delitos.
En el momento de la detención, Udi, de entonces 28 años, poseía 20 fojas penales, dos pedidos de captura y una condena.
Luego de que lo atraparan, Chavo, como lo conocen en barrio Ludueña a Udi, volvió a ser noticia, ya que el 24 de abril de 2007, junto con otros tres internos, se fugó de la seccional 12ª donde estaba alojado desde el homicidio de Insaurralde.
Sin embargo, la ilusión de evadir su condena se desvaneció casi un mes después de haberse escapado, cuando lo recapturaron la madrugada del 22 de mayo en la zona de Cullen y Junín, tras una breve persecución por la zona por parte de policías, que incluyó varios disparos al aire.
Desde ese día, Udi volvió a la comisaría 12ª por orden del Juzgado de Instrucción de la 4ª Nominación donde esperó su condena.