La más reciente víctima de la violencia en Rosario fueron un adolescente de 17 años, quien recibió un balazo en el cráneo, y un hombre que resultó con un roce en la cabeza. El ataque fue este lunes por la noche en barrio Ludueña, en zona noroeste. Los primeros indicios incluyeron a cuatro ocupantes de un automóvil desde el que se presume partieron los casi 40 disparos que hubo en la esquina de las cuadras de Barra y Bielsa. El menor de los heridos fue derivado al Hospital de Emergencias Heca, donde lo intubaron y permanece en grave estado en sala de cuidados críticos. La otra víctima recibió las curaciones pertinentes y recibió el alta médica por los médicos de la guardia del Policlínico San Martín.
De acuerdo con voceros policiales, de la investigación preliminar se desprendió que el chico estaba este lunes a las 21 reunido junto a unos amigos en Bielsa al 6100 cuando el conductor de un vehículo color oscuro, similar a un Peugeot 206, donde había otros tres ocupantes disminuyó la marcha al pasar frente a ellos.
En ese momento, los acompañantes del automovilista sacaron armas de fuego y comenzaron a disparar. Se registraron unos 39 tiros.
Como consecuencia de la demencial balacera, Sebastián V., de 17 años, se desplomó por un impacto en la cabeza mientras que otro habitante de la cuadra, identificado como Ezequiel M., de 34 años, sufrió el roce de una bala también en el cráneo.
Las víctimas fueron socorridas por los vecinos. Ezequiel fue trasladado en un auto particular que tuvo el acompañamiento de un móvil policial hasta el Policlínico San Martín, de Chubut 7145, donde fue atendido y recibió el alta médica ya que la lesión no revestía gravedad.
En tanto, Sebastián, quien está domiciliado a sólo una cuadra y media de donde fue agredido, fue llevado por personal policial hasta el Heca y quedó internado en grave estado producto de la lesión que le provocó el proyectil en la zona del cráneo cerca de la nuca.
Por la gravedad del ataque, el caso quedó a cargo del fiscal de Homicidios Dolosos Patricio Saldutti, quien ordenó medidas al personal del Gabinete Científico de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) como la toma de declaraciones, el levantamiento de rastros y el relevamiento de las cámaras de seguridad en la zona para intentar dar con los atacantes.
En ese marco, los pesquisas levantaron de la escena 39 vainas servidas calibre 9 milímetros, dos plomos y un proyectil encamisado.
