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Le entregó el celular e igual lo mató: lo penan con 19 años

Se trata de un muchacho de nacionalidad peruana, de 24 años, quien firmó este viernes un acuerdo abreviado que lo sentencia a casi dos décadas de prisión como autor del asesinato de Nahuel Ciarroca, ocurrida el 15 de agosto de 2016 en Dorrego y Amenábar

Dos años atrás, Nahuel Enzo Ciarroca, de 28 años, salió de visitar la casa de sus padres en Italia al 2900. Eran poco antes de las 20, por lo que decidió caminar hasta su vivienda en bulevar Seguí al 2200. Nahuel no notó que un joven lo seguía: iba con su celular Samsung J7 nuevo en la mano. Cincuenta metros más adelante y el acechador le cortó el paso, en Dorrego casi Amenábar. Lo amenazó con un arma, le sacó el celular y le disparó a quemarropa. Nahuel se cubrió la cara y el tiro le entró por la axila. Murió en el lugar.

El homicida fue detenido a los tres días del crimen, el 18 de agosto de 2016, en Mendoza y Castellanos. Este viernes, el tribunal –integrado por las magistradas María Trinidad Chiabrera, Silvia Castelli y el juez Pablo Pinto– aceptó el acuerdo abreviado para el imputado, Aladir Edilson Castro Palma, de 24 años y de nacionalidad peruana, que lo condena a 19 años de prisión por homicidio en ocasión de robo agravado por el uso, abuso y portación de arma de fuego. El caso fue uno de los que disparó masivas movilizaciones bajo el lema «Rosario Sangra» en el segundo semestre de ese año.

Tras el crimen de Nahuel, algunos vecinos señalaron la posibilidad de que el homicida hubiese contado con la ayuda de tres cómplices que se movían en dos motos. El fiscal de Homicidios Rafael Coria no pudo hallar pruebas que solventen esta teoría. Los pesquisas revisaron las cámaras de seguridad de las casas vecinas al lugar del ataque pero no lograron divisar el supuesto par de motos. Las imágenes no eran claras y no enfocaban el momento en que Nahuel fue baleado. “Sólo se veía al chico caminando por la vereda y a un segundo muchacho, que vestía una campera blanca, unos metros más atrás por la mano de enfrente”, señaló un vocero del caso.

El dato para lograr la detención del sindicado homicida llegó por casualidad y a 48 horas del crimen. Un hombre llamó al 911 y aseguró que tenía información sobre el homicidio de Dorrego y Amenábar. Al ser entrevistado por los investigadores, esta persona –de quien, al igual que el resto de los testigos del caso, no se brindaron datos por cuestiones de seguridad– señaló que su hija había recibido un mensaje de texto en el cual un amigo le contaba qué era lo que le había pasado a Nahuel Ciarroca.

En este contexto, Coria ordenó que se realizara un allanamiento en el colegio Nuestra Señora de Los Ángeles, de Tucumán al 1600, donde entrevistaron a una adolescente y le secuestraron un celular Iphone 6. En este procedimiento obtuvieron datos sobre el chico que le había enviado los mensajes a la hija del denunciante, a quien también fueron a buscar: le incautaron otro teléfono y le sacaron información sobre un tercer muchacho, a través de quien pudieron detener a Castro Palma, un joven peruano de entonces 22 años.

La caída de Castro Palma

En el teléfono del protagonista del tercer allanamiento los investigadores encontraron una conversación, vía mensaje de texto, con un contacto identificado como Aldair. En esa comunicación, el joven relataba que había ido a robar un celular y que, en medio del asalto, le había dado “un cañazo” a la víctima porque, luego de entregarle el teléfono, lo había agarrado de la capucha de su campera para intentar detenerlo. “Forcejeamos y él era más grande que yo. No me quedó otra”, explicaba el interlocutor, vía Whatsapp. Aunque, los investigadores también manejaban la hipótesis de que el asaltante le hubiera disparado sin que la víctima hubiera opuesto resistencia. Otra evidencia fue que Castro Palma le envió una foto en la que se lo veía tirado en un colchón con un celular Samsung J7 a su lado.

Con la certeza de estar sobre los pasos del asesino de Nahuel, Coria ordenó un procedimiento en una casa de Gaboto al 1600, donde secuestraron una funda similar a la que Ciarroca usaba en su teléfono, una campera blanca marca Adidas con el escudo del Real Madrid y un sommier blanco con flores verdes –iguales a las que aparecían en la foto enviada por quien decía haber protagonizado el robo–.

Al día siguiente hubo un quinto allanamiento, que tuvo lugar en un departamento de Mendoza al 3800, la casa de su novia, y fue detenido Castro Palma.

La previa al crimen

Según explicaron fuentes de la investigación, Castro Palma tenía antecedentes de violencia y contaba con problemas de adicciones. Algunos testigos contaron que solía andar armado. En la tarde del lunes en que ocurrió el crimen Castro Palma había estado junto con sus amigos y su novia, “todos empastillados”, en una esquina de la zona sur. En ese momento, estuvo a punto de balear a un taxista con el que tuvo un cruce de palabras. Su pareja lo paró y en medio de la pelea ella le sacó el celular, lo tiró al piso y lo rompió. Él se fue enojado del lugar, pero antes le dijo a sus amigos que se iba a conseguir uno mejor. Horas después fue asesinado Nahuel.

En esa oportunidad, Castro Palma también fue sindicado como quien baleó el Volkswagen Suran de una mujer que pasó por la esquina del ataque en el momento en que se perpetró el asesinato.

La imputativa

Castro Palma fue imputado a las 48 horas en una audiencia presidida por el juez Juan Andrés Donnola. En base a las pruebas relatadas, el fiscal Coria solicitó que el sospechoso fuese imputado de homicidio criminis causa (matar para ocultar otro delito, en este caso el robo) agravado por el uso de arma de fuego, abuso de arma y portación de arma de uso civil, delitos que poseen una expectativa de pena a prisión perpetua. Donnola determinó que quedara detenido con prisión preventiva por tiempo indeterminado.

El juicio abreviado

Fue en ese marco que este viernes a las 13 las magistradas María Chiabrera, Silvia Castelli y el juez Pablo Pinto homologaron el acuerdo abreviado entre el fiscal Luis Schiappa Pietra y la defensora oficial Nora Gaspire en representación de Castro Palma, en el que fue condenado a 19 años de prisión como autor del crimen de Nahuel.

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