La felicidad hecha Ramón. Este miércoles, un joven que vive hace 20 años en situación de calle en Mendoza y Maipú cumplió 35 años y los vecinos del barrio se lo festejaron a lo grande: con globos, guirnaldas, comida y torta. Ni siquiera pasaron por alto el cartel que reza Feliz Cumpleaños. “Ramón es una buena persona, cálida, de perfil bajo, humilde y compañero”, lo describió Alejandro Novillo, uno de los organizadores del festejo.
Los invitados a la fiesta contaron que por medio de una amiga de Novillo pudieron dar con la identidad de Ramón y saber que su apellido es Oviedo Sosa, y que nació el 10 de julio de 1984.
En la esquina de Mendoza y Maipú montaron dos tablas con caballetes. Había sándwiches, pizzas y empanadas (que donó el restaurante El Ancla). No podía faltar, por supuesto, la torta: la aportó el Sindicato de Pasteleros de Rosario, con sede en Maipú y Mendoza.
Ramón estaba vestido para la ocasión y con nueva imagen: un jean recién estrenado en composé con la camisa, un cinturón marrón y zapatillas, nuevo corte de pelo y afeitado.
Cerca de las 12.30 le cantaron el feliz cumpleaños y Ramón se emocionó hasta las lágrimas. Ante tantos invitados, se sintió un poco agobiado y por momentos se iba al maxikiosco, a pasitos del convite, a tomar una cerveza y a fumar un cigarrillo.
Los vecinos explicaron que Ramón tiene un colchón y frazadas para resguardarse en las noches frías de invierno en la puerta de la Casa de la Corriente. Se niega a ir a un refugio. Siente la calle como su casa, aseguraron.
Liliana es una de las tantas vecinas que estuvo en el agasajo. No llegó con las manos vacías. “Hace 40 años que vivo en esta zona. Ramón no molesta, no es agresivo. El barrio lo está mimando. Lo ayudo en la medida en que puedo, con medias, frazadas, pulóveres, remeras y comida”, contó.
Mientras la fiesta seguía con bombos y platillos, cada colectivero que pasaba por la esquina de Maipú y Mendoza tocaba bocina en señal de festejo. Y todos saludaban.
Mónica es otra de las vecinas del barrio. Llegó con su perro Lucho (abrigado con un polar rojinegro) y aseguró que Ramón no cumplió 35 años, sino que tiene un poco más. “Mi hija iba al Colegio del Huerto. Ramón la venía a buscar por las mañanas y la acompañaba hasta la puerta. En ese momento mi hija tenía 12 años y Ramón ya tenía cerca de 20”, recordó.
Y agregó: “Siempre le dejamos una vianda de comida y comparte todo. Nunca pide nada. Es muy respetuoso. No tiene maldad. No lo podemos sacar de la calle”.
Novillo contó que el fin de semana pasado, el boliche de Mendoza al 900, se sumó al agasajo de Ramón. Por eso, en vez de cobrar las entradas pedían a cambio un alimento no perecedero.
El homenajeado recibió mucho amor, cariño, llamados telefónicos y regalos: medias, pantalones, joggins, pulóveres y buzos, entre otras cosas. Y uno especial: la gorra, la camiseta y el buzo de River Plate. Ramón es hincha del “millonario”.
Graciela, la dueña de El Ancla, suele prepararle los ravioles, una de sus comidas favoritas. Ramón corre cuando viene la GUM porque se niega a que se lo lleven a un refugio. Tampoco quiere bañarse. Es un cuidacoches raro, que en general no pide nada. Pero conoce a los vecinos que fuman y le dan un cigarrillo y a los que a la mañana le compra las latitas de Coca Cola. Mimado por todos, es un personaje del barrio por el que muchos se preocupan sobre todo cuando hace frío.
El cumpleañero deambulaba, casi sin sospechar, del gran revuelo que se armó en la esquina de Mendoza y Maipú. Se sacaba fotos con vecinos y curiosos, comía y brindaba a su salud. Tuvo su fiesta con alegría y cotillón. Desde hace 20 años Ramón forma parte del paisaje de Mendoza y Maipú, que no pudo ocultar su emoción y agradecimiento ante semejante muestra de amor.