Otra vez los plomos interrumpieron la madrugada de zona sur en una saga de violencia que cuenta doce muertes desde marzo pasado y que parece no tener fin. Esta vez, fue el frente de la vivienda de Nora O., una mujer de 63 años que desde octubre pasado, cuando asesinaron a su hijo Marcelo Ponce, acusó a distintos sectores de barrio Municipal, Parque del Mercado y el Fonavi de Lola Mora e Hipócrates de disputarse a tiros el negocio sucio de la droga dentro y fuera del paravalanchas de Newell’s.
La balacera ocurrió alrededor de las 5.30 de ayer en el frente de una vivienda de Lorenzini y Sánchez de Thompson en momentos que Nora dormía. Según fuentes policiales, la mujer se despertó por el sonido de varias detonaciones y al levantarse observó impactos de bala en la puerta y ventana de su domicilio y halló tres vainas servidas en la vereda. Los pesquisas agregaron que, en la entrevista, la mujer dijo que el ataque podría tener relación con el asesinato de su hijo, tres semanas atrás.
Sólo en el mes de octubre cinco personas fueron asesinadas en ese sector de zona sur. El crimen de Marcelo Ponce, un mecánico de 34 años que vivía en el Fonavi de Lola Mora e Hipócrates, ocurrió la madrugada del 30 a pocas cuadras de su casa, tras ser emboscado en el lindero Fonavi del Parque del Mercado. Su nombre estaba en la lista de admisión de los 80 barras de Newell’s y, según varios vecinos, tenía problemas con las distintas facciones vinculadas con el paravalanchas rojinegro. Se lo vinculaba como un hombre de confianza del asesinado jefe de la barra leprosa, Matías “Cuatrerito” Franchetti. Pero tras su asesinato, a comienzos de junio en la puerta del estadio del parque Independencia, se habría asociado con la competencia, lo que amplía el abanico de sus presuntos agresores.
Según las primeras investigaciones, Ponce recibió un disparo en la cabeza aquel domingo a la madrugada, luego de caminar unos 200 metros, desde su casa de Sánchez de Thompson 20 hasta un quiosco del Fonavi del Parque del Mercado. Fue prácticamente una ejecución de alguien que lo llevó engañado, refirió un vecino del barrio. Y agregó que su muerte enloqueció a su madre, quien salió “a despotricar” contra distintos pesados de la zona, incluso de diferentes facciones. Por ese crimen, que investiga el fiscal de Rafael Coria, hay un joven detenido apodado Polaquito. Un día después llegó el vuelto. La tarde del 31 de octubre pasado, dos vecinas que charlaban frente a un negocio de Sánchez de Thompson al 200 bis fueron atacadas a balazos desde un auto azul que solo se detuvo para disparar. Rosa Arrotea, de 63, recibió dos balazos de los que no logró recuperarse. Falleció el viernes pasado tras agonizar varias semanas. Mónica, la vecina con la que charlaba, es la madre del Polaquito, y sobrevivió al ataque.
Octubre negro
Uno de los homicidios que ensangrentó octubre fue el día 2 cuando Walter Mena, de 25 años, recibió un tiro en el rostro a la salida de un boliche. La familia del muchacho vinculó el ataque con una banda narco del Parque del Mercado que pretendía usurparle su vivienda y a la cual ya había denunciado por amenazas y abuso de armas. El mismo día que mataron a Mena e hirieron a su amigo en la puerta del boliche de Mitre y Montevideo desde un Ford Focus, también asesinaron a Alberto “Cachi” Ruiz Díaz, de 18 años, en Grandoli y Esteban de Luca desde un auto. El miércoles 5, un auto similar al de los homicidas apareció quemado en Lola Mora y Lorenzini.
Los allegados a Cachi sindicaron a Lautaro “Lamparita” Funes, integrante del clan que ahora vive en Tablada y tiene enfrentamientos constantes con los herederos del asesinado ex líder de la barra rojinegra Pimpi Caminos.
El 7 de octubre mataron de un tiro en la garganta a Tamara Ayelén Bustos, una chica de 22 años, en Sánchez de Thompson 31 bis, al oeste de Grandoli, casi sobre la esquina de Lorenzini del complejo de Lola Mora e Hipócrates. En el barrio algunos vecinos se animaron a contar que la joven vendía droga para el Gordo Chancho.
Otro ataque ocurrido el 22 de octubre se llevó la vida de Ignacio Verón, de 28 años, asesinado de un disparo en la espalda cuando visitaba a un amigo junto a su hermano en Hipócrates y Lola Mora. Ese crimen también fue relacionado con disputas relacionadas a la venta de estupefacientes.