La Cámara de Apelaciones redujo a casi la mitad la pena impuesta al único condenado por el crimen de Gustavo Serra ocurrido el 24 de noviembre de 2012 en una cochera de Maipú al 800, ocurrido al final de un choque entre integrantes de bandas narco de zona sur. En la resolución, los camaristas consideraron que las pruebas ventiladas en el juicio oral correspondían a una participación secundaria y no a una necesaria como lo había dispuesto el juez de Sentencia N°3 Edgardo Fertitta, el 23 de marzo pasado, cuando lo penó con 11 años de prisión. En ese marco, los magistrados del tribunal de segunda instancia, José Luis Mascali (presidente), Gustavo Salvador y Javier Beltramone, resolvieron una pena de 6 años para Ojudo por el homicidio de Serra. Esta sentencia fue unificada con una condena anterior del fuero federal por lo que el hombre deberá pasar 9 años de prisión y no 16 como lo había resuelto la primera instancia.
El homicidio
El 24 de noviembre de 2012 la víctima fue a bailar al boliche Zoom, en Maipú al 800. Eran cerca de las 9.30 cuando Gustavo Serra fue al estacionamiento que está cerca del after y empezó a increpar al acusado, Aron César Treves, entonces de 31 años y conocido como Ojudo, quien estaba al volante de un auto esperando salir de la cochera. Desde atrás, aparecieron dos hombres, uno de camisa rosa y el otro de remera gris –ninguno detenido–, quienes habían llegado con Ojudo. El de remera le pasó un arma al de rosa y éste le disparó varias veces a Serra. Ocho tiros impactaron en la víctima, de 29 años, quien se desplomó y murió en el lugar. A su vez, el atacante, junto con otro hombre, se subió al Chevrolet Astra de Treves. En ese momento, apareció otro tirador y disparó contra el auto del Ojudo.
Esta secuencia quedó registrada en la filmación de una cámara de seguridad del estacionamiento y el empleado del garaje que está frente al lugar declaró que escuchó una discusión y luego 4 o 5 detonaciones dentro de estacionamiento pegado al boliche. Esta persona identificó al tirador como un joven con una remera blanca. Por este hecho fue procesado Rubén Darío Reyna, alias Papucho y amigo de Serra, aunque para Fertitta no pudo acreditarse con certeza el delito y lo absolvió el beneficio de la duda. Este hombre, vinculado con los Monos, está detenido desde julio pasado en una causa por narcotráfico.
Pasó casi un mes del crimen de Serra y Ojudo fue detenido cuando manejaba por San Martín y Circunvalación. En el baúl del auto, le encontraron dos kilos de pasta base y unos 20 litros de acetona que se usa para cocinar el clorhidrato de cocaína.
Ojudo, sindicado cocinero de la banda de Los Gordos de barrio Tablada, quedó detenido en la Unidad 1 de Coronda y en sus declaraciones se desentendió del hecho, pero sus dichos no convencieron al juez Fertitta, quien concluyó que no era cierto que un desconocido abordó el auto del acusado y lo obligó a retirarse. Llegaron juntos al boliche, sacaron el arma de su auto y en ningún momento se vio al tirador amenazar al Ojudo. A lo que sumó que, previo a los disparos, Treves posicionó el auto para una huida rauda y concluyó que, evidentemente, la víctima tenía una disputa con Ojudo ya que fue al único al que atacó, incluso pasó al lado del agresor y no lo registró. Así, el juez condenó a Treves a 11 años de prisión como partícipe primario de homicidio agravado, pena que se unificó con la sentencia por drogas a 5 años. Así le computaron 16 años.
La apelación
La resolución de Fertitta fue apelada por los abogados, Mariano Scaglia y Hernán Tasada, quienes no sólo cuestionaron la calificación sino también el método para unificar la condena anterior de Ojudo. El camarista Mascali concluyó que la complicidad en el caso consistió en una cooperación que prestó Treves a los autores del homicidio. “Se ha probado que los trasladó desde un local hasta otro, y que en el momento mismo de los disparos letales hacia Serra le prestó una ayuda para la consumación en la huida. Por ello, no considero que pueda admitirse una colaboración necesaria”, argumentó Mascali para fundamentar la resolución compartida por sus pares Salvador y Beltramone. El tribunal ratificó la condena pero cambió la calificación a partícipe secundario y lo sentenció a seis años de prisión. Y atendiendo el pedido de la defensa, unificaron el monto de pena con la causa federal en 9 años.
El plan criminal
Mientras se tramitaba el juicio, un llamado entre el policía Germán Almirón (procesado por integrar la narcobanda de Reina Quevedo y luego condenado por extorsionar a la pareja de un integrante de los Monos) y Treves fue rastreado a partir de una investigación federal que se conoció en marzo de 2014. Esa escucha destapó un presunto plan criminal para matar al juez que instruyó la megacausa Monos, Juan Carlos Vienna, al camarista Guillermo Camporini y a otro policía de la Brigada Operativa de la División Judiciales, de la que Almirón formaba parte y que era estrecha colaboradora de magistrado provincial. Treves había declarado como testigo protegido en dicha causa. Ambos se sentían traicionados y en ese contexto hablaron de eliminar al trío.