Durante el primer cuatrimestre del gobierno de Javier Milei, los salarios del sector registrado cayeron 14,9%, pese a la recomposición salarial que lograron algunos sectores en su intento por seguir de cerca el fogonazo inflacionario de diciembre y enero. El dato es mucho más preocupante si se lo mide respecto al epílogo de los gobierno de Mauricio Macri y de Cristina Kirchner. La caída es del 24% y del 40% respectivamente.
El propio presidente aseguró en distintas oportunidades que los salarios comenzaron a ganarle a la inflación, pero por ahora los datos rectifican esta afirmación. El oficialismo busca blindar su gestión con la baja del Índice de Precios al Consumidor (IPC), que comenzó en 25% y fue a la baja hasta ubicarse en los niveles que dejó el ex ministro de Economía, Sergio Massa. Esta proyección puede chocar contra los ajustes tarifarios o del tipo de cambio, dos cuestiones que preocupan en Casa Rosada.
Un informe del centro Cifra, de la CTA, expuso que entre el mes de noviembre de 2023 y abril del año en curso, la capacidad adquisitiva del salario promedio registrado disminuyó en 14,9%. Dentro del período del actual gobierno, la mayor pérdida se registró en los meses de diciembre y enero, tras la fuerte devaluación la moneda y la aceleración consecuente de los incrementos de precios.
Entre noviembre de 2023 y enero de 2024 la caída real del poder adquisitivo del salario llegó a ser de 21,3%, y alcanzó el 23,8% si el poder de compra se mide en alimentos. En un escenario en el cual no se han vuelto a provocar devaluaciones significativas de la moneda, la profunda recesión ha funcionado como freno parcial para las subas de precios. En ese marco, algunas negociaciones paritarias pudieron recuperar parte de lo que los salarios perdieron en el inicio del nuevo gobierno, lo que se muestra en el promedio como una mínima recuperación relativa.
Pero además, los valores actuales de los salarios registrados resultan sumamente reducidos en una perspectiva de mediano plazo: si el salario registrado real se compara con el nivel que tenía al final del gobierno de Macri, en noviembre de 2019, resulta 24,2% inferior (y 32,1% menor si se mide en alimentos). Si la comparación se realiza respecto del nivel de noviembre de 2015, último mes completo de la presidencia de Kirchner, resulta casi 40%más bajo.
Público y privados, a pérdida
El informe detalló que la caída salarial reciente fue sustantivamente mayor para el sector público, como parte del ajuste dramático en el gasto estatal. Entre noviembre de 2023 y abril del presente año, el salario registrado promedio real del sector público cayó 21,3% mientras que en el sector privado la disminución fue de 11,2%.
Dada la reducción salarial que ya se había acumulado durante el gobierno previo, el salario real del sector público fue en febrero de 2024 29,9% más bajo que en noviembre de 2019 y 20,9% menor en el caso del sector privado. Cuando la comparación se realiza respecto de noviembre de 2015, las pérdidas alcanzan al 46,3% y 36,0%, respectivamente.
La incidencia de Alimentos y Bebidas
El estudio agrega que, dado que el precio de los alimentos y bebidas creció en algunos meses muy por encima del nivel general de precios, es también relevante considerar cómo se va reduciendo la capacidad del salario de adquirir bienes indispensables como lo son los alimentos. Considerar esta evolución del salario es también una manera de aproximarse a la pérdida de poder adquisitivo que sufren los salarios más bajos, que se gastan en mayor proporción en alimentos y bebidas
Sobre un nivel inflacionario que ya venía siendo muy elevado en el segundo semestre del año pasado, el nivel general de precios mostró un salto en el mes de diciembre –devaluación mediante– que fue de 25,5% en solo un mes mientras que los precios promedio de los Alimentos y bebidas se elevaron 29,7%. Al mes siguiente, la inflación mensual superó en ambos casos el 20%. Fue precisamente ese momento el que coincidió con las mayores pérdidas en el poder adquisitivo de las remuneraciones.
Desde entonces la trayectoria del IPC ha sido descendente, con los alimentos incrementándose por debajo del nivel general de precios. En un escenario en el cual no se han vuelto a provocar devaluaciones significativas de la moneda, la profunda recesión ha funcionado como freno parcial para las subas de precios. En ese marco, algunas negociaciones paritarias pudieron recuperar parte de lo que los salarios perdieron en el inicio del nuevo gobierno, lo que se muestra en el promedio como una mínima recuperación relativa. De todos modos, la pérdida real es cercana al 15%.