El volcán de La Palma, una de las Islas Canarias, que tras miles de pequeños sismos en los últimos días entró en erupción el domingo último, obligó a la evacuación de casi 6 mil personas y sus lenguas de lava, a más de mil grados centígrados de temperatura y con un espesor de seis metros, ya destruyeron cientos de casas.
Los especialistas habían previsto una erupción en el corto plazo, pero 11 millones de metros cúbicos de magma alcanzaron la superficie más rápido que lo previsto. Una lengua de lava a 1.075 grados avanza por la isla hacia el mar, incinerando todo a su paso. El presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres, informó este lunes que las estimaciones son que el volcán albergue entre 17 y 20 millones de metros cúbicos de metales fundidos.
Torres evaluó que los daños en la isla de La Palma serán “muy superiores” a los 400 millones de euros.
La erupción es en Cabeza de Vaca, en La Palma, hasta la costa por el Valle de Aridane. Los científicos pensaban que la lava alcanzaría el mar sobre las ocho de la tarde de este lunes (hora local canaria), pero su avance se ralentizó. Este martes, la lava estaba sobre el barrio de Todoque, y aún queda la mitad del camino para llegar al mar. Aún se desconoce cuándo alcanzará el océano y por dónde.
La lengua de lava no para y arrasa todo a su paso por La Palma: montaña, carreteras y casas pic.twitter.com/vqVqULaZKK
— Hoy por hoy (@HoyPorHoy) September 21, 2021
Cuatro nuevos temblores sacudieron la isla este martes, dos de ellos de magnitud 3.2 y 3.0, a las 5.06 y 8.08 hora local respectivamente. Son movimientos más suaves que el del lunes a las 21.32, que alcanzó una magnitud de 3.8. Ese fue el más fuerte desde que comenzó la erupción, según los datos del Instituto Geográfico Nacional.
El volcán ya abrió nueve bocas por donde escupe la lava. El Gobierno local elevó este martes a 183 las viviendas afectadas por el avance del magma, que ya cubrió más de 100 hectáreas.
La directora del Instituto Geográfico Nacional (IGN) de España, María José Blanco, explicó que la isla de La Palma es muy fracturada, y no hacen falta muchos movimientos sísmicos para que el magma encuentre su salida por la corteza.
«Una colada de lava con una altura media de seis metros se come literalmente viviendas, infraestructuras, cultivos que encuentra a su camino hacia la costa del valle de Aridane», describió el presidente del Cabildo local, Mariano Hernández Zapata. La lava avanzó en un principio a una velocidad de entre 700 metros y 1 kilómetro por hora. Este martes, la evolución era más lenta.