El presidente de Ecuador, Lenín Moreno, advirtió este viernes que mantendrá con toda firmeza su decisión de eliminar los subsidios al combustible, pese a las violentas protestas que este jueves derivaron en la detención de al menos 350 personas y en la imposición del estado de excepción (estado de sitio) en todo el país.
La ola de reclamos comenzó luego de que, acosado por el endeudamiento y la falta de liquidez en esa economía dolarizada, Moreno pactó un millonario programa de créditos con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que incluyó la quita de subsidios a los combustibles, que demandaban 1.300 millones de dólares al año. Esta quita de la ayuda estatal disparará el precio del galón de nafta (equivalente a 3,78 litros) desde 1,85 dólar a 2,22 dólares.
Policías y manifestantes se enfrentaron este jueves en Quito, mientras varias ciudades sufrieron paros de transporte, manifestaciones, ataques a cajeros automáticos y asaltos a comercios.
“Bajo ninguna circunstancia vamos a cambiar la medida. Que se oiga bien: no voy a cambiar la medida. Que quede claro: se eliminó el subsidio, se acabó la zanganería, y de aquí en adelante vamos construyendo el nuevo Ecuador que todos anhelamos, que todos soñamos”, expresó Moreno en una declaración en Guayaquil.
El subsidio a los combustibles, dijo, es “nocivo para la economía”, al punto que “aproximadamente 60.000 millones de dólares perdió el pueblo ecuatoriano” por este asunto en los últimos 40 años, pese a las necesidades de financiación para la salud, la seguridad y la educación.
Un informe del gobierno señaló que unas 3.000 personas participaron este jueves de disturbios y actos de vandalismo, 350 fueron detenidas por las fuerzas de seguridad.
“Los participantes en estas actividades violentas y de vandalismo quemaron una UPC (Unidad de Policía Comunitaria); tenemos un docena de patrulleros destruidos”, denunció la ministra de Gobierno María Paula Romo.
Acusados de golpistas
Moreno, acusó de “golpistas” y advirtió que castigará con la ley a los organizadores de las protestas, en el balance nocturno de una jornada violenta que terminó con el estado de sitio, una veintena de policías heridos y centenares de heridos.
Pese al estado de excepción que impuso este jueves Moreno, Quito amaneció este viernes sin transportes y con calles y carreteras cortadas en varios puntos de la ciudad.
“Aquellos que violen la ley, definitivamente deberán ser detenidos”, fue la advertencia del mandatario, que se trasladó a última hora de ayer desde Quito a Guayaquil, la principal ciudad de la zona costera, para reforzar la presencia institucional.